¡Mucho ojo!, los lentes de venta callejera son un riesgo para la salud visual y ocular

La idea de ahorrarse unos pesos está llevando a las personas a adquirir lentes en las ventas callejeras, los cuales son elaborados de forma industrial, sin cumplir con formulas médicas específicas y mucho menos teniendo en cuenta las patologías que presentan los compradores quienes en el corto y mediano plazo, terminan agravando su enfermedad.

Así lo reveló un estudio adelantado por los optómetras, Claudia Perdomo Ospina y José Fernando Pérez Mogollón; y el físico, Jaime Bohórquez Ballén de la Universidad de La Salle, quienes se dieron a la tarea de medir y comparar las características ópticas de los lentes de venta libre callejera frente a los oftálmicos recetados.

Los expertos concluyeron que, “las personas compradoras de lentes de venta callejera, eligen fórmulas que les producen magnificación (o aumento) del tamaño de las imágenes, sin evaluar otras características inherentes a cada individuo, entre otras, la distancia entre los ojos, factor importante para la coincidencia con el centro óptico de los lentes en la montura, los defectos visuales previos a la presbicie (miopía, hipermetropía y astigmatismo), las necesidades ocupacionales, la capacidad propia de enfoque del ojo (remanente de acomodación); lo cual repercute en la calidad visual y en una inconformidad con los “anteojos”.

La investigación adelantada con personas de entre 40 y 45 años de edad y potenciales usuarios de este tipo de lentes, indica que el 72 de los pacientes no se realiza un examen optométrico como se recomienda en individuos en edad de presbicie (dificultad para ver de cerca).

En el estudio se encontró que los lentes de venta libre callejera, no siempre tienen el poder dióptrico etiquetado por el fabricante e inclusive existen diferencias en dicho poder entre el lente derecho e izquierdo de los anteojos.

Es necesario aclarar, que este tipo de anteojos, debe traer la misma graduación en ambos lentes, de donde se deduce, que sólo podrían ser utilizados si el usuario necesitara la misma graduación óptica en ambos ojos, el cual es un caso hipotético. Además esos anteojos no tienen corrección para el astigmatismo, afección que padece el 70 por ciento de las personas, dicen los expertos de La Salle.

El bajo costo de los lentes, su diseño y fácil acceso son una permanente tentación para las personas que buscan en estos un alivio temporal para corregir algunas molestias visuales o para protegerse de los rayos solares, pero desconocen que esos lentes carecen de los filtros UV certificados o de calidad, con lo cual el riesgo que se corre es mayor.

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