Con la soga al cuello

El presidente Hugo Chávez está convaleciente al igual que la economía de su país, que acaba de salir de una recesión de dos años, pero que en cualquier momento puede volver a enfermarse.

Apagones, inflación, pérdida de divisas y caída en la producción petrolera pueden llevar a la economía venezolana a una profunda recaída.

Durante el primer trimestre de este año, la economía venezolana salió de cuidados intensivos. Dejó atrás una recesión de dos años y creció un sólido 4,5%, que calló a más de un analista, pues las apuestas promediaban 1,7%.

Más sorprendidos quedaron aún con el hecho de que, en ese periodo, la actividad no petrolera se desempeñó mejor que la petrolera. En particular, la manufactura y el comercio crecieron 5,3%, mientras la industria del crudo se contrajo 1,8%.

En abril, el presidente Hugo Chávez duplicó la expectativa oficial de crecimiento para este año de 2% a entre 3% y 4%. Y los expertos en economía venezolana, un poco menos optimistas, aumentaron sus pronósticos de 1,5% a 2,2%, según el sondeo que mensualmente realiza la firma LatinFocus.

Sin embargo, varios analistas han señalado que la salud de la economía venezolana debe seguir bajo estricta supervisión, pese a que el precio del barril de petróleo esté por encima de los US$100. La razón: temen una recaída.

"Con un crudo tan caro deberíamos crecer mucho más rápido, entre 6% y 8%, tal como pasó en el pasado boom de precios de 2006 a 2008. Pero eso es imposible por factores como la restricción de divisas; las expectativas del sector privado, que no se siente cómodo para operar en el país; la alta inflación y el racionamiento eléctrico", dice Asdrúbal Oliveros, de la firma venezolana Ecoanalítica.

Precisamente, la debilidad del sistema eléctrico, que desde hace años opera al máximo, es una de las mayores limitantes. Los racionamientos exacerban a familias e industrias, cuyo mayor consumo es el culpable, -según ha dicho el ministro de Energía Eléctrica, Alí Rodríguez- de la escasez de energía.

En repetidas ocasiones, Rodríguez ha explicado que la situación actual es producto "del derroche típico en la sociedad y por una mayor distribución del ingreso, que permite que más personas adquieran electrodomésticos". Además, considera que los recientes recortes de energía no van a afectar la economía, pues los embalses están llenos con el pasado invierno y además le están comprando energía a Colombia.

Oliveros tiene otra idea y piensa que el problema energético solo desapareció en la mente del Gobierno y que sigue siendo el talón de Aquiles del crecimiento.

Gasto estatal

Kate Parker, analista de Economist Intelligence Unit, le da la razón al Ministro de Energía en la medida en que considera que el problema energético fue peor entre 2009 y 2010, pero advierte que, si viene otra sequía, las cosas serían a otro precio.

Parker califica la recuperación venezolana como parcial, pues mientras otros países exportadores de materias primas temen un sobrecalentamiento, ese no es el caso de la economía chavista. En vez de generar empleos y recibir más inversión, todo el esfuerzo está concentrado en el sector público, cuyas cuentas no son transparentes y tiene cada vez más empleados, lo que hace que los recursos extras por el alto precio del petróleo no se gasten de forma eficiente.

Así mismo, el aumento de los ingresos petroleros solo se da vía precio, ya que la producción venezolana, que sigue siendo la mayor de América Latina, viene en declive. Las cifras de la Opep muestran que mientras en 2006 producía 2,5 millones de barriles diarios, este año va en 2,3 millones y a menos que la exploración que realiza en la llamada Franja del Orinoco sirva para encontrar una buena cantidad de crudo, es factible que el año entrante se mantenga en el mismo nivel de producción de este año.

El declive se explica porque en los últimos años Pdvsa, la petrolera estatal, no ha podido invertir suficiente en su negocio principal, dado que por decisión del Gobierno ahora tiene una carga social alta y eso hace que a duras penas pueda mantener su nivel de producción.

Divisas escasas

Otro factor que frena la recuperación venezolana es la falta de divisas, en un país que exporta más de lo que importa. A esa escasez se ha llegado por el complejo sistema cambiario, que incluye una tasa fija. Además, aunque ingresa más de lo que sale por comercio exterior, en la cuenta de capitales sí hay déficit, pues los flujos de divisas que se van son mayores de los que entran, como resultado de una inversión extranjera directa en caída libre.

Pese a este panorama, la Cámara de Comercio Colombo-Venezolana es optimista frente a la economía del país vecino, aunque admite que el comercio bilateral aún no ha arrancado. Cree que la gran inversión gubernamental genera oportunidades, más con un precio tan alto del petróleo.

Al igual que el presidente Chávez, quien se recupera de una cirugía en Cuba y ha generado tremenda polémica por no haber elegido un reemplazo en su ausencia, la economía de su país está saliendo de la convalecencia, pero los riesgos de recaída no han desparecido. Los peligros, por el contrario, se exacerban cada día.

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