Sigue inequidad laboral femenina en las empresas del país, según estudio



Las mujeres tienen menos salarios, menores oportunidades de crecimiento dentro de una empresa y desventajas en cuanto a autonomía para equilibrar su vida laboral con la familiar.

Eso es lo que perciben las mujeres en el entorno de trabajo en Colombia, según estudio realizado por Great Place to Work Institute en 169 empresas del país.

Las entidades que participaron en la investigación pidieron ser parte de la medición, 36 por ciento son líderes en el mercado laboral y 24 por ciento tienen una participación destacada como empleadores. Estas características permiten estimar que se trata de empresas que sienten que están haciendo las cosas bien o que, por lo menos, están dispuestas a mejorar las situaciones que hacen que la mujer se sienta en desventaja en su puesto de trabajo.

La preocupación, basada en los resultados del estudio, es que si dichas empresas, que son las grandes, están extraviadas en cuanto al trato laboral hacia ellas, qué se espera de las demás. Los investigadores vislumbran un panorama peor para el sector informal, que predomina en el país y del cual no se tiene ninguna información.

Casi la mitad de las entidades analizadas son nacionales (48 por ciento), pero también se indagó en multinacionales con sede en Colombia. En cuanto a los sectores económicos a los que pertenecen, el 52 por ciento se dedica a servicios, un 25 por ciento se ubica en la industria, el 15 por ciento realiza actividades de comercio y el 8 por ciento restante se enmarca dentro de otros sectores.

Los investigadores indagaron en las principales ciudades del país, pero los comparativos se establecen entre Bogotá y Medellín, porque la información de los demás lugares aún no es representativa.

En todos los indicadores medidos -autonomía, desarrollo, balance de la vida personal y la laboral, compensación o remuneración y trato justo-, el resultado es el mismo: sigue existiendo discriminación de género en el ambiente de trabajo en Colombia.

Así lo sostiene Jaime Urquijo director de Great Place to Work Institute Colombia. "Hay un camino por recorrer en términos de cómo equiparar la situación laboral de la mujer con la del hombre. El reto de las compañías es generar una dinámica vigorosa para desmontar esas diferencias".

Menor grado de confianza

Para medir qué tanta autonomía se le permite a la mujer en el momento de trabajar, los investigadores preguntaron: "¿Su jefe confía en que la gente hace un buen trabajo sin tener que supervisarlo en forma continua?". Los resultados demuestran que sólo en las empresas líderes en el mercado, a ellas les resulta más fácil demostrar que son capaces.

En cambio, en las compañías de menos de 600 empleados, que en su mayoría son industriales, hay una gran brecha entre la credibilidad que se le da ellas con relación a la que se deposita en ellos. Según Urquijo, el sector industrial es más masculino, pues la mujer llegó más tarde a esa actividad productiva. Por el contrario, en el sector servicios, marcado por el sexo femenino, ellas sienten que cuentan con autonomía suficiente para tomar decisiones.

Las oportunidades de crecimiento también son desventajosas para la mujer en todo tipo de empresa. "La mujer se restringe más en este aspecto, tiene menos tiempo para tomar cursos y actividades que enriquezcan su desempeño profesional", dice Urquijo.

El equilibrio entre vida personal y laboral también es más difícil para la mujer. El simple hecho de pertenecer a una compañía en la que hay jornadas de trabajo organizadas por turnos, implica inflexibilidad. Esto ocurre más en las empresas dedicadas a la manufactura.

Pero en general, las consecuencias de no poder lograr balancear el tiempo que se le dedica al trabajo con el que requiere la familia, está generando un fenómeno que describe Urquijo: "Las compañías pierden talentos después de haber invertido en su desarrollo personal, porque las presiones familiares terminan predominando. Prefieren cambiar de empleo".

Con respecto a la remuneración, la opinión de los hombres es marcadamente más favorable. En cambio, el promedio de las mujeres sienten que hay trato discriminatorio en este sentido. Sólo en las empresas de Medellín este indicador muestra existencia de equidad.

Finalmente, sobre la justicia en el trato, también se mantienen las diferencias. "Llama la atención el hecho de que los hombres perciben mejor este tema que las mujeres, lo cual podría corresponder a un aspecto cultural que tiene antecedentes en nuestro pasado social, pues el hombre siempre ha tenido mayor protagonismo en el entorno laboral, mientras que la mujer ha tenido que ascender a través de un proceso marcado por la misma necesidad de equidad".

Medellín, a la vanguardia

Los mejores indicadores en todas las variables consultadas a mujeres trabajadoras, los tiene Medellín. Según Sergio Urquijo, hay dos hipótesis para este resultado. Una, que las bogotanas son más cosmopolita, con una visión del mundo más amplia. En consecuencia, su nivel de exigencia y sensibilidad es más alto y por eso están más insatisfechas.

La segunda es que en la capital antioqueña se ha creado una clase empresarial con una visión de la vida laboral a largo plazo y con un conjunto de prácticas ejemplares para el país, en el que por ende se sienten mejor las trabajadoras.

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