Tu madre no es tu madre

Se acerca el final del drama de los herederos de Ernestina Herrera de Noble, la poderosa dueña de 'Clarín', cuando se sepa si son o no hijos de desaparecidos de la dictadura.


La historia es de telenovela, pero sus implicaciones pueden provocar un terremoto en la política argentina. En las próximas semanas se conocerá por fin si los herederos de Ernestina Herrera de Noble, de 84 años y dueña de Clarín, el principal grupo mediático, son en realidad hijos de desaparecidos, víctimas de la guerra sucia lanzada por la dictadura militar. La noticia involucra a los herederos de más de 1.000 millones de dólares, quienes controlarán el periódico más popular del país y un poderoso imperio de comunicaciones que se encuentra inmerso en una batalla a muerte con el gobierno de Cristina Kirchner.

El Banco Nacional de Datos Genéticos comenzó esta semana a analizar el material obtenido de la ropa interior de Marcela y Felipe, ambos de 34 años, para cotejarlo con las muestras de las familias de los más de 500 hijos de desaparecidos buscados por las Abuelas de Plaza de Mayo y por sus familiares desde hace más de 30 años. Hasta ahora, las Abuelas han recuperado 101 nietos, pero este es un caso especial.

Marcela y Felipe fueron adoptados por la señora de Noble en 1976, pero se comprobó que los datos aportados fueron falsos. Ella afirmó que su hija fue dejada en la puerta de su casa de San Isidro el 2 de mayo de 1976, un mes después del golpe de Estado. Sin embargo, luego se comprobó que Ernestina jamás vivió en ese lugar, el cual citó solo para caer bajo la jurisdicción de la jueza Ofelia Hejt, quien le concedió la adopción de inmediato.

En cuanto a Felipe, le fue entregado por la misma jueza casi tres meses después del golpe militar, el mismo día en que su madre natural lo puso a disposición del juzgado. Esa celeridad es imposible en trámites tan complicados, y después se comprobó que el documento de identidad era falso y que la misma jueza ya había dado en adopción a un hijo de desaparecidos. Desde entonces la dama, con su enorme poder, viene eludiendo los intentos de las Abuelas de Plaza de Mayo por averiguar el origen de sus hijos.

En 2002 Ernestina estuvo detenida cuatro días por las irregularidades comprobadas en las adopciones, aunque luego el juez fue destituido. Y en una carta de 2003, la propia Ernestina admitió "la posibilidad de que ellos y sus padres hayan sido víctimas de la represión ilegal".

La identidad de los Herrera Noble se convirtió en eje de la batalla política entre Néstor y Cristina Kirchner, y el grupo Clarín. Durante el gobierno de Néstor, Clarín fue más papista que el Papa, al punto que el grupo fue premiado con la autorización para fusionar sus dos empresas de cable. Pero en el gobierno de Cristina, y desde el paro agrario de 2008, el diario se convirtió en el principal opositor y los titulares pasaron a ser negativos. Los kirchneristas han llenado la ciudad de grafitis contra el grupo, al tiempo que el gobierno le quitó la transmisión de los partidos del fútbol local y anuló el permiso de fusión. Ahora la Presidenta anunció que acompañará a las Abuelas hasta los tribunales internacionales.

La última escaramuza fue la forma como la jueza obligó a los hermanos a entregar sus prendas. Ellos sostienen que fueron detenidos en la calle y llevados a la casa de su mamá para que se quitaran la ropa interior y la entregaran casi a la fuerza. "La identidad es algo nuestro, es algo privado, y no hace falta ni que el Estado ni las Abuelas vengan a decirnos algo que es nuestro", se quejó Marcela en una entrevista.

El doctor Alan Iud, que representa a las Abuelas de Plaza de Mayo, dijo a SEMANA que el procedimiento fue legal, y que durante el desarrollo del mismo "ni ellos ni sus abogados dejaron constancia en las actas, y no dijeron ninguna de las cuestiones que han denunciado ahora". Para Iud, "la hipótesis de que son hijos de desaparecidos es razonable. No tenemos la certeza, pero sí una duda razonable". Por su parte, el doctor Alejandro Carrió, abogado de los hermanos Herrera Noble, considera que "los derechos humanos no son solo de aquellos que experimentaron violaciones a manos de fuerzas del Estado en la década del 70", refiriéndose a que los hermanos "atravesaron vicisitudes capaces de quebrar su aptitud psíquica". El caso es como para culebrón, pero su misterio aumenta la tensión política en Argentina.