El de Pacheco, un funeral en medio de aplausos

Cientos de seguidores y amigos le dieron el último adiós al 'gran Pachecolo'.

El funeral de Fernando González Pacheco fue tal y como lo merecía el hombre que revolucionó la historia de la televisión colombiana: con seguidores, cámaras, amigos del medio y aplausos sinceros. 

Presidiendo la carroza fúnebre, Reinaldo Tangarife, quien dijo ser el coordinador de aplausos en Animalandia, uno de los programas más famosos de Pacheco, organizaba a los seguidores que acompañaron al presentador el día de su partida.

“¡Aplausos, para Pacheco! ¡Que viva Pacheco!”, gritaba el hombre de forma espontánea; y el público que seguía el vehículo respondía con aplausos para el presentador que marcó la infancia de muchos en el país. 

Pacheco fue velado el jueves en la capilla del Gimnasio Moderno, adonde llegaron cientos de personas con banderas blancas y flores amarillas que lanzaron sobre el carro que lo llevó más tarde a Jardines de Paz, donde fue cremado. 

Su ataúd estaba cubierto con una bandera del Independiente Santa Fe, el equipo de sus amores, que había sido llevada por dos hinchas desde el miércoles.

En medio de la despedida, varios de sus amigos y compañeros hablaron de lo que significa su pérdida.

“Vinimos a enterrar la alegría”, dijo Ernesto Samper Pizano en las afueras del recinto, mientras a unos cuantos metros dos fanáticos escribían ‘Pacheco, hoy y siempre’ en cartulinas blancas pegadas en un carro antiguo.

“Era tan entrañable que de algún modo fue pariente de todos los colombianos”, agregó el actor Diego León Hoyos. Mientras, Carlos el ‘Gordo’ Benjumea dijo: “Lo tendremos en nuestra memoria como amigo, compañero y maestro”; y Carlos Muñoz, muy compungido, se dolió porque –dijo– su amigo se le adelantó en la muerte.

Pero a pesar de la tristeza hubo más vivas que llantos y se trató de una despedida agridulce, un adiós al ‘gran Pachecolo’, que se vivió entre el dolor de su partida y la celebración de una vida de alegrías.