Juguetes para inspirar a niñas a ser ingenieras

En cuatro días, Goldieblox logró recaudar US$150.000 en el sitio Kickstarter.com
A Debbie Sterling siempre le atormentó una cifra que la acompañó durante los años que duró su carrera de ingeniería en la Universidad de Stanford: sólo el 11% de los ingenieros en Estados Unidos son mujeres.

"Investigando me di cuenta de que la mayoría de ellas, por alguna razón, perdía el interés por la ciencia cuando tenían 8 años. Y no es una cuestión de biología. Es una cuestión cultural, cuando vas a una tienda de juguetes te das cuenta que nos quieren convertir en una princesa", explicó durante una conferencia este año.


Por esa razón, después de darle vueltas al asunto, Sterling decidió que lo mejor que podía hacer para que ese porcentaje aumentara era crear un juguete que "estimulara" a las niñas a construir. A interesarse en la ciencia.

De allí nació Goldieblox, al mejor estilo de Lego y otros juguetes de armado, que le enseña a las niñas a construir su propia diversión, pero que, a diferencia de una muñeca o un juego de té, invita a continuar la aventura mediante el aprendizaje.

"La idea es que las niñas aprendan a construir cosas, a partir de su imaginación pero también resolviendo problemas", explica Sterling.

Una caja sorpresa

Goldieblox, que está orientado para un público de entre 5 y 9 años, consiste básicamente en un libro y en una plataforma de plástico en el que se pueden ubicar distintos objetos prediseñados que le permiten a la niña construirse su propia diversión.

A medida que avanza la historia que está en el libro, una heroína llamada Goldie -ayudada por sus amigos el perro Nacho, el gato Benjamin Crackling y Flavio, el oso brasileño- se encuentra con varios retos de ingeniería básica.

"La idea nace de juntar dos conceptos: los juegos de bloques, que en su mayoría están orientados para niños, y los cuentos infantiles, que le gustan mucho a las niñas", anotó Sterling, en declaraciones recogidas por BBC Mundo.

A medida que Goldie se enfrenta a los desafíos, las niñas los van solucionando en la plataforma y las demás figuras van ayudando a su heroína a terminar toda la historia.

Entender el por qué

Sterling nació en Rhode Island, un estado en el norte de EE.UU., donde no tuvo ningún tipo de inspiración ni en la primaria, ni en la secundaria para convertirse en ingeniera.

"Yo sólo quise ser ingeniera cuando iba a terminar la secundaria. Y cuando llegué a la universidad me tocó ser una de las pocas mujeres que lo estudiaba. Los profesores se burlaban preguntando a la clase si yo merecía graduarme", afirmó.

En el diseño de su producto tuvo la asesoría de los mismos creadores de juegos tan exitosos como Cranium y Pictionary. De hecho, la plataforma y las figuras fueron hechas por la compañía Ideo, la misma que provee a empresas como Procter and Gamble, Pepsi y Microsoft.

Y durante ese proceso, se dio cuenta que no era sencillo su empeño de cambiar los números en las estadísticas. Aunque tenía la idea clara, demoró casi un año en lograr su objetivo pedagógico al combinar las figuritas con el libro.

"La idea no era que las niñas lograran resolver los problemas. Mi objetivo era que entendieran el por qué ocurría eso. Y para lograrlo era fundamental la historia, que lo explicara la heroína", señaló Sterling.

Después de tener el prototipo listo y ensayarlo con varios niños, decidió que era el momento de sacarlo como un producto comercial. Sin embargo, para que su idea se convirtiera en real, debía recibir al menos un pedido de 5.000 unidades.

"Lo subí a Kickstarter (un portal de internet para recolectar fondos para emprendimientos). Me puse la meta de recaudar US$150.000 dólares. Lo conseguí en cuatro días. Y así comencé con esto", relató.

El vídeo viral

Aunque se podría pensar que es una historia más de emprendimiento, Goldieblox se volvió viral. En un principio, Sterling había aparecido en un video donde mostraba su idea y la presentaba, sin muchas pretensiones.

Sin embargo, hace un par de meses publicó el primer comercial de su producto: un plano secuencia de tres niñas que armadas de juguetes construyen una red de máquinas, mientras en el fondo se escucha uncover de la famosa canción de los Beastie Boys, Girls.

En poco más de cuatro semanas, el comercial ha sido visto por más de 8 millones de personas en la plataforma de videos YouTube.

Pero no todo fueron buenas noticias. Este lunes, los integrantes de la banda Beastie Boys enviaron una carta al diario estadounidense The New York Times donde le reclamaban a la empresa detrás del juguete por el uso de su canción para un producto comercial.

"No nos oponemos a la idea de Goldieblox, pero es un producto comercial, cuyo fin es recaudar dinero, por lo que no autorizamos a utilizar nuestra música para ello", explicó el grupo en la carta.

¿Sexista?

La cajita rosada para las futuras ingenieras, como lo proclama su empaque, también pone otro tema sobre la mesa: el estereotipo de género de los juguetes.

Hace un año, Hamleys, una conocida y antigua tienda de juguetes en Londres, decidió retirar las etiquetas que definían el género de los juguetes que tenían a la venta. No hubo más azul ni rosado para diferenciar qué productos querían los niños y las niñas.

"En medio de la actualización de nuestra tienda, creemos que nuestra señalización es un poco confusa, por eso hemos tomado esta decisión", explicó el comunicado dado a conocer por la empresa.

También otra tienda emblemática inglesa, Harrods, había entrado en la moda de evitar dividir los gustos de niños y niñas y desde 2012 decidió neutralizar su zona infantil.

Sin embargo, Sterling no quiere caer en polémicas: "Yo no quiero que a las niñas les dejen de gustar las princesas. A mí me encantan, pero mi idea va más allá".

"Quiero que se apasionen por algo que les servirá para construir cosas", recalcó.

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