Colombianos regresan a su país, por oferta laboral

Beltrán Benjumea - Director Ejecutivo Michael Page Colombia
Entre las innumerables vías que tiene una empresa para volverse más competitiva, la de reclutar talento humano calificado y comprometido resulta ser una de las más eficaces y rentables en la actualidad. Un buen proceso de selección, especialmente en cargos de alta y media gerencia, asegura innovación, productividad, conocimiento, creatividad y compromiso, factores que impulsan la competitividad y el crecimiento de cualquier organización hoy en día.

Pero en un mercado como el colombiano, en el que la demanda laboral supera por mucho a la oferta, solo hay tres formas de asegurarse del mejor talento disponible: una es con paciencia, esperando que las nuevas generaciones, los estudiantes de pregrados y posgrados de la actualidad, se incorporen al mercado laboral; opción que funciona para las empresas que pueden esperar, pero no para las que necesitan crecer desde ya.

La segunda es la tradicional: voltear la mirada al mercado y propiciar la movilidad laboral; una estrategia que siempre está latente y que es la que lleva a que uno de cada dos ejecutivos en Colombia se plantee cambiar de trabajo en el corto plazo. Pero es solo con la tercera que se logra crear diferencia y se consigue sacar verdadera ventaja a la competencia. Consiste en la repatriación de los altos ejecutivos colombianos que están regados por el mundo, una opción que es mucho más viable de lo que se podría pensar.

Es significativo lo que las organizaciones pueden ganar acudiendo a este tipo de talento: son profesionales que están altamente capacitados, que ya tienen experiencia en adaptación a nuevos entornos laborales, que manejan a la perfección dos o tres idiomas y que en muchos de los casos ya tienen la suficiente experiencia para manejar mercados en crisis, una nube que siempre estará presente dada la volatilidad de las economías. 

Se calcula que hay más de cinco millones de colombianos viviendo por el mundo, de los cuales por lo menos la mitad se encuentra en edad laboral y un alto número tienen estudios de pregrado o posgrado. Son personas que en su mayoría se han ido a estudiar o a buscar mejores oportunidades laborales que las que tenían en su momento en Colombia. Cualquiera sea el caso, hoy las mejores oportunidades están en su propio país.

Ya no hay razones para seguir viviendo en Suiza. Un ejecutivo colombiano encuentra en su propia patria tranquilidad, seguridad, estabilidad y lo que es inigualable por otro país: el mejor entorno posible para vivir, pues está cerca de su familia, amigos y contactos profesionales, los que se suelen consolidar en la universidad o en los albores del ejercicio profesional.

Convencerlos de regresar a Colombia no es difícil. Hoy por hoy las ofertas laborales en materia de remuneración y oportunidades están mejor en Colombia que en muchos países de Europa, Asia y Latinoamérica, y poco a poco nos acercamos a los niveles que maneja Norteamérica y la región Pacífico (países como Japón, Corea, Singapur y Malasia). Un proyecto interesante y retador, objetivos cuantificables y tangibles, que no se les encasille en una sola área y sobre todo la posibilidad de continuar su capacitación con especializaciones puntuales y programas de liderazgo y dirección, son algunas de las condiciones que los colombianos nos exigen cada que vez que participan en un proceso de selección desde el exterior.

Y encontrarlos tampoco es tarea imposible. Es cierto que Internet facilita el vínculo entre los que buscan y los que ofrecen, pero tratándose del futuro profesional de los candidatos y del desempeño de toda una organización, contar con aliados que actúen a nivel global y que tengan las suficientes credenciales para adelantar profesionalmente estos procesos es lo mínimo que hoy se debe asegurar.

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