Apple y Samsung, de nuevo al banquillo

Apple buscará esta semana quedarse con más de US$2.000 millones de Samsung porque éste copió características de su iPhone, y Google hace su primera aparición en la batalla jurídica entre estos rivales de la industria de teléfonos inteligentes.

El episodio más reciente en la larga guerra de patentes verá a las compañías de tecnología de EE.UU. y Corea del Sur enfrentarse cara a cara ante un jurado en el mismo juzgado de San José, California, que en 2012 le otorgó a Apple US$1.000 millones al final de un litigio contra Samsung.

Probablemente muchos de los argumentos de la compañía sean los mismos, a pesar de las diferentes patentes y teléfonos lanzados, y varios de los mismos expertos y testigos presentarán evidencia, como Phil Schiller, jefe de mercadeo de Apple.

No obstante, a diferencia del caso anterior, Samsung también llamará a los ingenieros que diseñaron el sistema operativo Android de Google, que utilizan sus dispositivos móviles.

Aunque Google, que no genera ingresos directos por el uso de Android, no está en el banquillo de los acusados, el equipo legal de Samsung tiene la esperanza de que traer a otra compañía de Silicon Valley a su defensa reduzca lo que se percibe como la ventaja de Apple al “jugar de local”.

Se espera que los ejecutivos de Google, entre los que sobresale Hiroshi Lockheimer, vicepresidente de ingeniería para Android, describan cómo crearon el software con el que operan tres cuartas partes de los teléfonos inteligentes que se vendieron el año pasado, independientemente del desarrollo del iPhone de Apple.

La táctica legal de Samsung se asemeja a la repetición con tono lírico de Apple durante el juicio de 2012, cuando describió la creación “revolucionaria” del iPhone por parte del fundador Steve Jobs. Los daños del primer veredicto ya han sido reducidos a US$929 millones, luego de una repetición parcial del juicio el año pasado, cuando Apple argumentó que imponer una pena alta era vital para proteger la innovación y los empleos en California.

En dicho caso, Apple defendió patentes de diseño y uso contra Samsung, que incluyeron el aspecto general y el estilo de sus teléfonos iPhone y tabletas iPad.