Colombia ante Brasil, un duelo por la historia del fútbol nacional

Los 90 años de historia futbolística de Colombia desde la creación de la federación nacional retan a la gloria brasileña en su casa, en su Mundial. Los soldados de José Pékerman, obsesionados con ser leyendas, quieren estar en semifinales. 

Colombia no ha disfrutado aun de un partido como el de hoy en el estadio Castelão de Fortaleza (desde las 5:00 p.m. hora local). Grecia, Costa de Marfil, Japón y Uruguay son parte del pasado. Los cuartos de final saludan a Colombia por primera vez con un rival de quilates, quizás el de más: el anfitrión Brasil que añora celebrar su sexto título con el Cristo Redentor como testigo. 

Nada parecido se ha visto. Ni el triunfo reciente en el ciclismo con Nairo Quintana en el Giro de Italia; ni los baños dorados en los Juegos Olímpicos con María Isabel Urrutia y Mariana Pajón. Todas victorias sublimes, claro, pero incapaces de paralizar un país, un planeta, como lo hace el Mundial.

Ni siquiera los propios éxitos del equipo nacional de fútbol se igualan. La Copa América de 2001, ganada de forma invicta ante México en Bogotá; el cuarto lugar en la Copa Confederaciones de 2003; los campeonatos sudamericanos juveniles, los recuerdos de Chile 1962 y de Italia 1990; todo, absolutamente todo se ve minúsculo ante la proeza que será llegar a una semifinal en una cita ecuménica.

Ya derrotar a Uruguay, un equipo con dos estrellas en su camiseta, le había demostrado al país que 'los cinco centavos para el peso' sí se pueden completar. La Selección Colombia piensa en grande y así se lo transmite a sus millones de hinchas que palpitan desde territorio nacional y a los miles que desafiaron la distancia para hacer parte de una historia llamada Brasil 2014.

Y es que solo la Selección es tan poderosa para unir alrededor de una bandera, de un himno, a un país tradicionalmente dividido. Solo este grupo de 23 jugadores talentosos hicieron llorar de felicidad a una patria con los golazos en el Maracaná. La clasificación del pasado 28 de junio fue, más que un sueño, el despertar a una ilusión: ganarle a Brasil.

Serán 90 minutos para la historia. Colombia ya está dentro de las ocho mejores selecciones del Mundial y tiene argumentos para desafiar al favorito, para plantarle cara, para luchar de tú a tú.

Ya no están Valderrama, Rincón, Asprilla, Higuita y compañía. Aquella selección de los 90, la que soportó el éxito y el ocaso, es eclipsada en su fama. Ahora, James Rodríguez lidera en este Mundial un grupo de amigos que se consagran por cuenta propia en una nueva generación, la misma que comenzó en un Sudamericano Sub-20 de 2005, en el Eje Cafetero. 

Aquel equipo campeón de Eduardo Lara descubrió a Cristian Zapata, Carlos Valdés, Camilo Zúñiga, Abel Aguilar, Freddy Guarín y Falcao García. Luego se sumaron la seguridad de David Ospina, el liderazgo de Mario Yepes, la alegría de Pablo Armero, la fortaleza de Carlos Sánchez, la habilidad de Juan Guillermo Cuadrado y el talento de James.

Sus apellidos se leen todas las semanas en los titulares del fútbol europeo. Sus goles se cantan en las mejores canchas del mundo. La segunda cosecha de futbolistas colombianos exitosos cumple dentro y fuera del campo con piernas y cabeza.

Son ellos, los soldados de José Pékerman, los encargados de transformar la lucha de un país, la de los colombianos 'echados pa’lante', en la clasificación a la semifinal en la cara de Brasil. (Colombia volverá a vestir de rojo 24 años después en un Mundial)

A las 5:00 de la tarde el juez español Carlos Velasco Carballo dará el pitazo inicial. En ese momento se acabarán la ansiedad y las uñas. Lo único seguro es que habrá un grupo de camisetas amarillas que desde las tribunas rogará por un triunfo colombiano y enfrentará sus gargantas a las miles de almas brasileñas. El día más importante en la historia deportiva de Colombia es hoy y se vivirá en el estadio Castelão.