Ricardo Montaner, la voz que convence


El entrenador más carismático de La Voz Colombia se ha mantenido vigente en 25 años de carrera musical. El 16 de octubre presentará ‘Viajero frecuente’, su nueva producción, de la cual ya suena el sencillo ‘Convénceme’. Sus cinco hijos mantienen su legado.

Siendo Ricardo Montaner el artista que más argumentos tiene para impresionar a los concursantes del nuevo reality ‘La Voz Colombia’ con los contratos, los contactos, las giras que podría brindarles con su trayectoria de 25 años, no los utiliza para rivalizar con los demás entrenadores. Montaner prefiere ponerle humor a la situación ofreciendo pollos, helados, kioskos y hasta billetes de lotería.

“¿Cómo tas?”. “Estoy peleado con ese botón”. “Tienes que escoger entre el talento y la belleza y... el talento”. “No sentí piel”. “Tapen (el escote) a esa muchacha que le va a dar un aire”.

Esas son algunas de las frases que identifican a uno de los entrenadores que más adeptos tiene entre los concursantes y que más simpatías ha generado en el público por su chispa.

Cuenta Andrés Cepeda, con quien Montaner ha disputado varios de los concursantes, que “el maestro es un ser espiritual que nos da a todos muy buen ejemplo, se ocupa de que cuando empecemos las grabaciones hagamos una oración, pidiendo que todo nos salga muy bien, que lo que se transmita sea positivo, bonito, que haga sonreir a la gente, y eso en medio de esta locura trae muy buena onda, mucha tranquilidad y mucha paz”.

Montaner, el dueño de una voz excepcional, una de las mejores de Latinoamérica y del mundo, se confesó con El País.

¿Qué lo hizo aceptar participar en ‘La voz Colombia’?

Era mi viaje anual de vacaciones, había terminado mi disco que está por salir dentro de pocos días. Y nos fuimos todos de crucero a navegar, estábamos en un paseo en Estocolmo, en una plaza hermosísima y había unos músicos tocando en vivo y yo sentía que me vibraba el celular en el bolsillo y no le paraba bolas. Insistía e insistía, cuando contesté era mi mánager que estaba reunido con la gente de Caracol, en Miami, y me dijeron que querían preguntarme si estaba dispuesto a venir a este proyecto. No lo tenía en la mente, el plan era terminar mi disco y esperar lo que se tarda en fabricarse y en empezar la promoción, que ya empezó y que no he podido hacer gracias a ‘La Voz’.

Yo llegué de viaje y quince días después ya estaban los contratos firmados. Pasé julio en preparativos, me mudé a Nueva York este julio y principios de agosto, porque Evaluna (su hija menor) está estudiando actuación allá y en ese tiempo me preparé y me puse a ver los programas.

¿Cómo ha sido la experiencia de participar en ‘La Voz’?

Hoy, después que llevamos un poco de un mes grabando, les puedo decir que no me parezco en nada a todo lo que he visto. He estado viendo las versiones de otros países y creo que la versión que estamos haciendo aquí, si los americanos la entendieran, se divertirían muchísimo más de lo que se divierte el público anglo viendo la original. Tenemos un zafarrancho armado entre Vives, Fanny Lú y Cepeda que la combinación se hace hermosa, no hay egos, ni rollos sobre quién carrizo es más estrella que el otro. Estoy contento con el contrato de Caracol y más con la poción que lograron entre nosotros cuatro, no sé cómo hicieron, entre los cuatro hay admiración mutua.

¿Había tratado con ellos antes?

Sí. Yo admiro toda la música de Vives; por Marlene, mi esposa, conocí la música de Cepeda, trabajé con él en Colombia. Con Fanny Lú nos hemos hecho muy panas. Y bueno, con Carlitos, sí desde que comenzó su carrera hace ya como dos años y medio (risas). Él en su primer disco de balada incluyó la primera canción que yo entregué a un artista: ‘Casi un hechizo’. Tenemos una amistad de casi 20 años.

¿Además de los pollos y de las golosinas, qué más les ofrece a los concursantes?

También tengo una heladería, ofrecí en una ocasión la mitad de los helados, y tengo una agencia de loterías ahorita y ofrecí la mitad de los billetes. Y además tengo un restaurante que está bastante empeñado. Primero elegimos ciento y pico de cantantes, después 70 y pico para formar una batalla, y el cantante que perdía me entregaba los pollos, los helados, los billetes de lotería y las acciones del restaurante y he quedado más o menos nivelado, pero los helados se están derritiendo, estoy demandando legalmente a Caracol pa’ que me los regrese.

¿Y tiene a sus hijos en Colombia?

Sí, por ahí andan Ricky y Mau y me dicen: “Pero nosotros vamos pa’llá ¿y quién nos va a entrevistar pues? Si a nosotros no nos conoce nadie”. Y yo les digo: Así se empieza, cuando yo vine a Colombia la primera vez nadie me paraba bolas tampoco.

¿Ellos van a ser asesores en su equipo?

Sí, pero aparte de eso les recomiendo que los oigan. Tengo cinco hijos que se me cae la baba por todos y ahora tengo dos nietos por los que se me cae todavía más. Lo que van a ver con Mau y Ricky, aparte de la baba, es que son músicos muy talentosos que han venido estudiando música desde los 3 años de edad, van a ver qué clase de ejecutantes y de músicos integrales son.

¿Cómo evalúa el talento colombiano?

Hubo momentos muy críticos en las batallas, nos estamos teniendo que obligar a quedarnos sin la mitad del grupo y nos está pegando duro elegir con quién nos vamos a quedar. Ahora, me gustaría, decirles que cuando nos volvamos a ver para promover mi nuevo disco, que sale el 16 de octubre, me hagan caso, porque después me van a decir: “No, ya lo entrevistamos”.

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