¿Cúal es el objetivo de su vida?

La mayoría de las personas se hace esta pregunta de vez en cuando. Seguramente usted se la haya hecho también. Sería muy cómodo recibir un manual de instrucciones después de graduarse de bachillerato que nos explicara para qué sirve todo lo que aprendimos. O aún mejor, que nos explicara para qué servimos como personas en este planeta. ¿Por qué el mundo necesitaría una persona más en su superficie?

Pero no hay tal manual. Hay algunos libros que pretenden ser este manual, pero realmente no lo son. ¡Hay muchos libros muy buenos sobre el tema, no me malinterprete! Pero seguramente ninguno de ellos le tenga la respuesta definitiva.

En cierta manera, la vida es como un videojuego. (Si usted ha jugado algún videojuego de rol me podrá entender un poco mejor, pero aún si no lo ha hecho, seguramente tenga una idea básica al respecto). Un día usted aparece, y el juego comienza. Y a medida que el juego avanza, usted sube de nivel, completa misiones, encuentra nuevos amigos, pierde personas importantes, pasa por momentos difíciles, fracasa un par de veces, y finalmente, cumple su objetivo final… O bueno, todo es similar excepto el hecho de que, en un videojuego, su objetivo está delineado para usted.

¡En un videojuego no tiene que pensar para qué su personaje hace lo que hace! O al menos en la mayoría de los videojuegos. Pero ciertamente podrá imaginarse que, si su vida fuera más parecida a un videojuego, muchas cosas serían más fáciles…

Y sin embargo, paradójicamente, ¡la vida es mucho mejor que un videojuego! Un videojuego está limitado por lo que los programadores crean. La historia es definida, o como mucho tiene un par de variantes. Las habilidades que puede adquirir están predefinidas. La mayoría de las “personas” en un videojuego no son siquiera personajes. Son muñecos automatizados con diálogos predefinidos. Están ahí para rellenar el mundo y nada más. En la vida real, por el contrario, cada persona tiene una historia, una personalidad, gustos e ideas únicas. Los límites a sus habilidades están de cierta manera definidas por las leyes de la física, pero estas son mucho más amplias que las reglas de un videojuego. ¡Sus posibilidades son literalmente infinitas!

Y sin embargo, está la falta de propósito… Esa cosa que para mucha gente hace que el juego de la vida sea difícil, ilógico, casi estúpido a veces. Si tan solo hubiera un propósito, las injusticias de la vida serían más fáciles de superar, y el trabajo duro sería mucho más fácil de hacer. Si tan solo usted supiera cuál es el camino que usted debería recorrer…

Y la verdad es que dentro de las maravillosas libertades que nos brinda la vida, está la libertad máxima: La libertad de decidir nuestro propósito.

Esto puede sonar algo decepcionante, lo sé… Pero si usted realmente la interioriza, es una idea extremadamente empoderadora. Porque si usted es libre de decidir su propósito… ¡Usted es el “programador” de su propia vida! Usted decide cómo diseñar su propio videojuego. Claro que para mucha gente esa carga no es deseada, y le dan el control a alguien más. Deciden dejar que otra persona decida.

Hay personas que encuentran su “vocación”, claro. Pero finalmente tienen que ser ellos los que decidan seguir el camino que los llama, o seguir algún otro. Eso sí, siempre habrá dificultades y recompensas. Por algunos caminos habrá más, y por otros menos. Pero siempre las habrá.

Así que mi invitación es que usted tome una decisión. No deje que la duda lo paralice: Siempre podrá cambiar su decisión si lo prefiere. Pero es mucho mejor tener algún rumbo, aunque sea incorrecto, que permanecer flotando en el océano con las velas recogidas.

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