No deje que el sindrome de fin de año afecte su rendimiento


La frustración puede afectarlo en el trabajo.

Para muchos, la época de fin de año es un espacio de celebración, de estar en familia o de reunirse con amigos, pero a la vez se convierte en un ‘llamado’ a evaluar las metas, propósitos y logros conseguidos a lo largo de ese tiempo.

Sin embargo, esa reflexión puede tornarse algo penosa si descubrimos que de eso que proyectamos alcanzar durante el año sólo unas metas se cumplieron, dejando un malestar que genera gran estrés, llegando a repercutir en su rendimiento laboral.

Este planteamiento dio para una investigación del portal de empleos ZonaJobs.com, que indagó en varios países de Latinoamérica y corroboró que el 52 por ciento de los trabajadores llegan cansados y estresados a los últimos meses del año, debido, entre otras razones, al análisis de las metas cumplidas, la frustración por lo que quedó pendiente y los cuestionamientos sobre lo que vendrá.

¿Afecta el rendimiento?

Al respecto, Yolanda Contreras Garzón, docente de psicología de la Universidad del Rosario, sostiene que, efectivamente, para algunas personas concentrarse en lo que no han logrado y tratar de conseguirlo en un tiempo récord o desistir y postergarlo, genera un gran nivel de ansiedad y estrés.

“Cuando las personas se encuentran estresadas sus niveles de atención, concentración y manejo del tiempo disminuyen significativamente y, por tal razón, se puede afectar su productividad en términos de eficiencia y eficacia. Unido a esta situación, los tiempos de trabajo se disminuyen, si hablamos de actividades como las festividades, las reuniones de trabajo, los actos escolares y familiares, propios de la época de fin de año y que implican un poco más de dedicación que en otros meses, lo que conlleva a que la persona se sienta incapaz de conseguir los resultados planteados al finalizar el año”.

Por su parte, Sol Zunino, gerente de Empleos y People Care de Dridco, empresa dueña de ZonaJobs, explica que “generalmente esta etapa del año es un periodo de balances, tanto en el trabajo como en el ámbito personal y suele pasar que hay metas que no se alcanzaron, lo que origina un sentimiento negativo y de ansiedad”.

Contreras indica también que la sensibilidad propia del fin de año y el significado que se le da influyen en la forma de actuar por estas fechas.

“Realmente lo que genera el malestar emocional no es el fin de año en sí, ni siquiera el no cumplir los objetivos que se planteó, el malestar es la interpretación y el significado que las personas le dan a estas fechas y la evaluación de su desempeño frente a las metas propuestas.

“Si su interpretación es negativa, centrada en lo que no logró y percibiendo un futuro incierto y poco prometedor, se generarán pensamientos intrusivos de incapacidad, fracaso, desesperanza e incumplimiento”, originando estados de tristeza, frustración y desconcierto.

UN TEMA PARA RECURSOS HUMANOS

Los especialistas del área laboral, en su gran mayoría, entienden que esta situación se da porque a partir de octubre se ingresa en una ‘cuenta regresiva’, una carrera contra el tiempo, para tratar de cumplir con todas las tareas postergadas.

“En empresas cuyo objeto de venta no se eleva en el fin de año, los empleados pueden aumentar sus niveles de estrés, pues las directivas empiezan a evaluar los resultados y el cumplimiento de los objetivos, razón por la cual el trabajador se cuestiona sobre: ¿seguiré el próximo año?, ¿sí cumplí con las expectativas?, ¿llené los objetivos?, presentando una baja en su estado de ánimo y impulso laboral”, dice Pilar Rojas, gerente de Recursos Humanos de Avesco Kokoriko.

HAGA UN EXAMEN INTELIGENTE Y VALORE LAS METAS OBTENIDAS

Los realizadores del estudio consideran que ese malestar e incertidumbre que afecta a los empleados se puede mitigar con una adecuada política laboral de incentivos y motivación.

Neutralice la sensación de cansancio y estimule el pensamiento positivo y constructivo. Se pueden organizar actividades que impulsen la creatividad y la planeación para el nuevo año.

Se debe hacer una evaluación de los logros obtenidos, e identificar qué aspectos influyeron en aquellos que no se lograron. Es recomendable mantener un cronograma de metas y actividades flexible, con márgenes para imprevistos.

Luego de hacer el balance anual, identifique cuáles son sus intereses, expectativas y objetivos, y aprenda a jerarquizar las problemáticas que surgen día a día para que pueda resolverlas de inmediato.

No se sobrecargue con tareas, mejor diseñe un cronograma de actividades efectivo y hágale seguimiento, de manera que priorice las tareas importantes y no busque abarcar todo junto.

Mantenga un diálogo fructífero con los jefes o supervisores, y procure crear una atmósfera laboral grata, comunicándose con los compañeros de trabajo y respetando a cada uno de ellos, tanto en el plano laboral como en el personal.

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