¿Qué merecemos recibir?

La realidad del intercambio
Todo en la naturaleza está gobernado por una ley universal: Desde la abeja que poliniza la flor a cambio de su néctar, y las aves que esparcen las semillas de los árboles al comer sus frutos, hasta el oso que gracias a su paciencia y velocidad atrapa un salmón en el aire, y los salmones que se sacrifican en masa para poder dar luz a su siguiente generación.

La ley cuya influencia se puede observar en todas estas situaciones es la ley del intercambio.

Desafortunadamente, el ser humano se ha vuelto una especie con tanto poder, que a menudo cree que puede ignorar esta ley sin consecuencias, y lo logra en parte. El ladrón, el mendigo y el funcionario corrupto son algunos de los ejemplos más comunes de personas que intentan obtener algo sin entregar nada a cambio, y a veces lo logran perpetrar por un buen tiempo.

Pero el ladrón eventualmente terminará en la cárcel, el funcionario corrupto tendrá que pagar penas de miles de millones además de perder su buen nombre, y el mendigo tiene un estilo de vida tan pobre y perjudicial para su salud física y psicológica, que difícilmente se puede decir que vive.

Si en todos los ámbitos de la vida manejamos y nos regimos de acuerdo al intercambio, desde la educación donde tenemos que ser buenos estudiantes para conseguir una determinada calificación, hasta el mismo trabajo, donde al ser individuos productivos nos abrimos a un mundo de mayor cantidad de recompensas, las puertas se abrirán frente a nosotros.

¿Qué es el intercambio?
Cuando usted da algo a alguien, esta persona le da algo a cambio. Si usted quiere recibir algo, tiene que dar algo por ello. La comida, la vivienda y los servicios tienen un precio en dinero, ciertas otras cosas le costarán esfuerzo. Si usted quiere que su pareja sea detallista, debería comenzar siéndolo usted mismo. En pocas palabras, es “dar para recibir”.
Hay cuatro tipos de intercambio: Criminal, parcial, justo y en abundancia. El intercambio criminal es aquel en el que alguien recibe algo sin dar nada a cambio. El parcial es aquel donde usted da algo, y recibe menos de lo esperado a cambio.

El intercambio justo es cuando usted recibe exactamente lo que esperaba a cambio de lo que da. Finalmente, el intercambio en abundancia es cuando usted recibe algo, y a cambio da un poco más de lo que la otra persona esperaba.

La diferencia entre el intercambio parcial y el intercambio en abundancia radica en el acuerdo inicial. Si está cambiando 25 dólares por 20 euros, y recibe 19, el intercambio será parcial, y usted se sentirá robado. Si la otra persona decide darle 21 y un par de centavos extras, usted se sentirá agradablemente sorprendido. Esto es intercambio en abundancia.

“El intercambio es justicia básica. Y nuestra conciencia nos reprenderá si no lo respetamos. Pero cuando una persona empieza a violar la ley del intercambio y a caer en intercambio parcial o criminal, y no lo maneja, encontrará maneras de calmar su conciencia, las cuales siempre conducirán a problemas mayores.” Comenta Jairo Pinilla, el director de Performia Colombia.

Los problemas con el intercambio
Mantenerse en intercambio justo, y especialmente en intercambio en abundancia, le traerá prosperidad, especialmente a largo plazo. Por el contrario, el intercambio parcial y el criminal se manifestarán trayéndole mucho beneficio a corto plazo, y destrucción a mediano y largo plazo al que caiga en ellos.

Y el problema con esto es que es posible, si no se permite a otras personas dar intercambio por las cosas que usted (o su empresa) les da, hacer que estas personas caigan en alguno de los dos tipos de intercambio negativos. Y si usted “saca a alguien de intercambio”, recibirá odio a cambio de su aparente caridad.

Esta es la razón por la que tantos adolescentes se rebelan contra sus padres. Han llegado a un punto en el que se sienten tan incapaces de darles intercambio a sus padres por todo lo que reciben de ellos, que se sienten aplastados por ellos, y no quieren tener nada que ver con ellos. Imagínese que usted tuviera un amigo que lo invitara a almorzar todos los días, e insistiera en pagar siempre. SI usted es un individuo racional, se sentirá mal después de un par de días, y evitará a su amigo. Y este error lo puede cometer con sus empleados también.

“La lección es simple. No debemos dejar que otras personas no den el intercambio apropiado por lo que reciben. Esto les hará más daño a ellas que a nosotros, y destrozará relaciones interpersonales. Sea justo, y séalo en ambas direcciones” Comentó Pinilla.

¿Cómo potenciar el intercambio en la empresa?
“La cosmovisión que tiene las generaciones actuales ve a las empresas como barriles de plata sin fondo. Ha llevado a que el intercambio justo sea mas difícil de conseguir” Sugirió Pinilla.

Se debe dejar muy en claro la importancia del intercambio en la empresa desde el momento en que cualquier empleado ingresa a ella. Hacer que cada empleado entienda que su salario proviene del dinero que su trabajo genera. Hay que premiar de forma justa los resultados positivos y exigir arreglos ante las cosas negativas que una persona, empleado o ejecutivo, cometa.

“Una persona fuera de intercambio es un ser bastante destructivo para el orden de la sociedad. No es una persona que respete el hecho de que tiene que entregar algo para recibir algo a cambio. Y en las empresas hay muchas personas que tienden a ser así, personas cuya motivación está completamente enfocada en lo que puedan recibir más que en lo que puedan dar. Y este tipo de personas las crean precisamente aquellos que evitan que el intercambio se mantenga-” Concluyó Jairo Pinilla.

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