Carlos Castañeda, el hombre que le puso la cara a la caficultura, QEPD

Este gran ser humano nacido en Andes, Antioquia, abandonó el espacio de los mortales, hoy queda su recuerdo y el agradecimiento por ser la imagen internacional del café colombiano.

Tristemente nos dejó, partió para el lugar de los privilegiados y al cielo prometido para quienes hacen cosas buenas, muestran grandeza humana, dan ejemplo y dejan huella. Este día rendimos homenaje a Carlos Castañeda Ceballos, quien fuera hasta no hace mucho la cara del café colombiano en todas las esferas del mundo, aun cuando se le veía lleno de vida y bendecido por la salud, precisamente ésta se fue quebrantando hasta arrancar la existencia del último Juan Valdez, más que un ícono, una maravillosa persona.

Castañeda fue un cafetero de la vereda de San Bartolo, ubicada en el municipio de Andes en el departamento de Antioquia. Desde hace veinte años venía representando a Juan Valdez, sin embargo dejó de existir en Medellín a los 58 años de edad, triste notificación que entregó la clínica Las Vegas en donde el caficultor se venía recuperando de una cirugía de corazón.

En la Federación Nacional de Cafeteros y en el recuerdo de quienes lo conocimos y compartimos con él, queda la imagen de una persona amable, comprometida y siempre al tanto de la caficultura porque la vivió, la disfrutó y en algunos pasajes la sufrió, de todas maneras se mantuvo firme e incólume, con su sonrisa permanente señal de optimismo y fe, apostó por la institucionalidad cafetera y vislumbró buenos y trascendentales momentos, hoy se fue para siempre, posiblemente a sembrar café del bueno en terrenos celestiales para papá Dios.

Castañeda, puede decirse, le puso la cara a la caficultura y personificó con creces a las más de 540.000 familias cafeteras que lo vieron recorrer mundo llevando con la mula “Conchita” el mensaje de paz y compromiso de los productores del grano en Colombia con los consumidores del mundo.

Cabe recordar que en 1959, la Federación Nacional de Cafeteros de Colombia decidió que el trabajo y la dedicación de las miles de familias caficultoras que representaban, tenía que ser reconocido en el plano internacional, fue así como se le dio vida a Juan Valdez, un personaje que encarna a los campesinos colombianos, dejando ver compromiso y una constante labor en los predios de siembra como productor Premium de café.

El Gerente General de la FNC, Germán Bahamón expresó su pesar por el deceso de Castañeda y calificó al hoy ausente como un ser humano absolutamente especial, con quien tuvo loa fortuna de compartir en su visita a todos los departamentos cafeteros de Colombia, pero también a diversos países en el mundo.

“Su sonrisa era la manifestación más pura de su alma. Carlos caracterizó a Juan Valdez y fue fiel representación de la bondad, el tesón y humildad del cafetero colombiano. Dios lo tenga en su Santa Gloria, le permita el descanso eterno y le dé fortaleza a su familia para aceptar sus designios”, apuntó el dirigente gremial en un mensaje publicado en su cuenta X, anterior Twuiter.

A todos los allegados de Castañeda, el Gerente General envió un abrazo solidario y a Carlos un hasta siempre.

Carlos Castañeda Ceballos fue presentado públicamente como el nuevo Juan Valdez el 29 de junio de 2006, todo un acierto porque se trataba de un auténtico caficultor colombiano. No la tuvo fácil ya que en el extenso proceso de selección, finalmente logró su objetivo tras ser escogido de un listado de 380 aspirantes. En su momento reemplazó a Carlos Sánchez, fallecido en 2018 quien igualmente dio un paso al costado luego de muchos años dedicados al admirado personaje.

Hoy el vacío es grande, no partió cualquier persona, se fue el amigo, el familiar y el valiente caficultor, el ambiente en los campos y sembradíos de café es de completa tristeza pues más allá de alcanzar un logro para mostrar el semblante del café, Castañeda fue un hombre decente, comprometido y de muy buenas costumbres. Durante casi dos décadas acompañó al gremio cafetero en Congresos, foros y citas mundiales, empero visitó cultivos, poblaciones y veredas, siempre regalando una sonrisa alumbrada, la misma que les encendió la esperanza y el ánimo a los aguantadores, sufridos, pero siempre optimistas caficultores.

Se murió Juan Valdez, hoy el luto marca a un país acostumbrado a sufrir y preocupantemente condenado a no reír, falló su corazón, sus ojos lamentablemente se cerraron para siempre, hoy en pie la caficultura rinde tributo a un gran hombre y le dice adiós a una imagen fuerte, con adeudo y vigorosa, tan potente como quienes siembran café en todo el territorio. Quizás en su agonía, Castañeda suplicó por el resurgir de la caficultura, a la que también le falla el corazón y la cual puede expirar ante tantos desencuentros, intromisiones irrespetos como también falta de consenso, finalmente siempre estuvo inamovible con la institucionalidad, la que le dio su afectuoso y acertado espaldarazo.

Paz en la tumba de Carlos Castañeda Ceballos, el hombre, el amigo, el cafetero, a la fecha, paradójicamente, la viva imagen de los caficultores que lo añoran, lo extrañan y lo honran de manera privilegiada, poniéndolo en lo más alto del refulgente olimpo del recuerdo.

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