Pagos móviles bajo fuego: Kaspersky anticipa un 2026 crítico

Fabio Assolini, Director del Equipo Global de Investigación y Análisis para América Latina en Kaspersky

Si 2025 ya le subió el voltaje al panorama financiero global, 2026 promete un terreno aún más bravo. El nuevo Kaspersky Security Bulletin aterrizó con una advertencia clara: viene una generación de ciberataques más profesional, más automatizada y mucho más difícil de detener.

Para las empresas —sobre todo las del sector financiero— y para los usuarios que viven pegados al smartphone, el mensaje es simple: prepárense.
IA criminal: el nuevo motor del delito digital

Una de las predicciones más potentes del informe es la llegada de malware impulsado por inteligencia artificial que se adapta solo, en tiempo real. No hablamos de simples virus: hablamos de malware capaz de observar su entorno, mutar, cambiar de táctica y esconderse como un camaleón.

Según Kaspersky, este tipo de ataques será “el salto evolutivo más grande en cibercrimen desde la masificación del ransomware”.

Fabio Assolini, director del Equipo Global de Investigación y Análisis para América Latina, lo resume así:

“Para 2026 esperamos un salto aún mayor con la aparición de malware con capacidad real de adaptación y fraudes móviles más sofisticados. Las organizaciones deben evolucionar al mismo ritmo que los adversarios.”
2025 ya lo había adelantado: las predicciones se cumplieron

El informe también hace un repaso interesante: todas las tendencias fuertes de 2025 terminaron pegando.

Entre lo más relevante:El 12,8% de las organizaciones financieras fueron afectadas por ransomware.

Se registraron 1.338.357 ataques con troyanos bancarios durante el año.
Los stealers Lumma, Vidar y Redline se dispararon.

Hubo incidentes inéditos comprometiendo cadenas de suministro críticas y redes de pago.

El malware basado en blockchain dejó de ser experimento y se volvió herramienta criminal.

Las 7 amenazas financieras que dominarán 2026

1. Malware con IA adaptativa

Aprende, se esconde, muta. Imagina un atacante que cambia su estrategia según la defensa que encuentren. Eso viene.

2. Troyanos bancarios distribuidos por WhatsApp

Los cibercriminales están reescribiendo sus troyanos para propagarse como mensajes virales. ¿La razón? El ecosistema móvil es la mina de oro del fraude.

3. Deepfakes y servicios de IA para estafas premium

Identidades clonadas en video y audio para vulnerar procesos KYC, engañar empleados, manipular entrevistas laborales o suplantar ejecutivos.
. Info stealers regionales

Malware hecho a la medida de cada país. Más precisión, más víctimas.

5. Auge del fraude NFC

Pagos sin contacto = blanco sin descanso. Veremos más herramientas diseñadas para interceptar o manipular transacciones.

6. Fraude tradicional, pero con delivery renovado

Los delincuentes migrarán a apps y servicios nuevos donde los usuarios pasan más tiempo.

7. Dispositivos infectados desde fábrica

El fantasma de Triada sigue vivo: smart TVs, teléfonos y dispositivos IoT que nacen infectados.

¿Y cómo se protege el usuario común?

Kaspersky aconseja medidas simples, pero críticas:Bajar apps solo de tiendas oficiales.
Apagar el NFC cuando no se use.
Revisar estados de cuenta constantemente.
Usar herramientas de seguridad para pagos:
“Safe Money te avisa si una página de pago es auténtica antes de ingresar tus datos”, destacan los expertos.
Las empresas financieras: contra el tiempo y contra el talento criminal

Las organizaciones deben ponerse serias. Las recomendaciones de Kaspersky son claras:

1. Revisar toda la infraestructura

Auditorías profundas, idealmente con expertos externos.
Identidad digital: el 71% de los ataques en LATAM nace de una credencial comprometida

2. Plataformas unificadas

Evitar tener soluciones aisladas. Lo que se necesita es detección, análisis y respuesta en un solo lugar.
La línea Kaspersky Next apunta justamente a eso.

3. Capacitación continua

Sin empleados entrenados no hay defensa. El personal sigue siendo la primera línea… y la más atacada.

El 2026 será el año de la ciberastucia

Este nuevo escenario trae una reflexión obligada: la seguridad ya no es solo un tema tecnológico, es un tema estratégico.
Las empresas que sigan pensando en ciberseguridad como un gasto y no como infraestructura esencial van a jugar, en 2026, con una desventaja enorme.

Y ojo: el usuario final también tiene responsabilidad. En un ecosistema donde el fraude se disfraza de mensaje, de llamada, de empleado o de página clonada, la alfabetización digital deja de ser opcional.

La economía global ya aprendió a golpes que no existe crecimiento sin confianza digital. Si queremos un 2026 competitivo, nos toca —usuarios, empresas y Estado— afinar los sentidos.

Porque la IA criminal no duerme. Y el delito financiero, menos.

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