Faltan más fondos inmobiliarios; esta figura impulsaría de manera más fuerte la creación de vivienda

Contrario a otros países, Colombia ha explorado poco esta figura, que impulsaría la inversión en vivienda y otros usos.

El hecho de que en Colombia la mayoría de las constructoras sean pequeñas, sin suficiente capacidad para fondear bancos de tierra o realizar grandes inversiones en urbanismo, obligan a evaluar otras fuentes de financiación y desarrollo para el sector de la finca raíz.

“Con este panorama, los fondos inmobiliarios son una opción importante”, comenta Martha Pinto de de Hart, presidenta de la Cámara Colombiana de la Construcción (Camacol), quien agrega que la figura permite administrar recursos de inversionistas institucionales como los fondos de pensiones, de capital privado o de riesgo, entre otros”.

Reconoce que algo se ha hecho en el país para el caso específico de la finca raíz, por ejemplo, con la compra de titularizaciones inmobiliarias como los Reits de la firma Estrategias Inmobiliarias.

Se trata de fiducias que compran, desarrollan, administran y venden proyectos de todos los usos (oficinas, comercio, bodegas, vivienda…) cuya rentabilidad proviene, principalmente, de los ingresos del alquiler y de la valorización de los activos del portafolio.

Al llamado para consolidar la figura se suma Roberto Cáceres, director de la multinacional de servicios corporativos Colliers International.

“A través de los fondos inmobiliarios es posible diversificar el portafolio; así, al contar con inmuebles de varios usos el riesgo disminuye. A esto hay que sumarle la posibilidad de acceder a inmuebles que no son tan caros”.

Para la presidenta de Camacol –que el 23 de febrero realizará un foro sobre el tema en Bogotá–, su masificación también permitiría contrarrestar la escasez de suelo, que es la principal restricción de la oferta.

“Incluso –agrega Pinto– serían los socios ideales para financiar proyectos de interés social de gran escala, ya que tienen el músculo financiero que les facilita la adquisición de grandes extensiones de tierra. Otro frente que podrían financiar es el de proyectos de construcción para arriendo”.

El concepto está inventado, pero requiere de más atención en el país no sólo para vivienda. “De hecho, el nuevo Plan Nacional de Desarrollo contempla obras por 565 billones y con una economía creciendo hay oportunidades en infraesructura, carreteras, puertos, etc. Entonces, ¿por qué no aprovechar los fondos?”, concluye Pinto.

565 billones es el monto que contempla el Plan de Desarrollo. Hay oportunidades de diversificar la inversión y los fondos inmobiliarios podrían ser partícipes.



GABRIEL E. FLÓREZ G.
Redacción Economía y Negocios

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