Los casos de millonarios que nunca se graduaron de la universidad

Bogotá_ El valor de un título profesional es cada vez más codiciado y los trabajos año tras año exigen más calificaciones para sus empleados, como maestrías, diplomados y doctorados. Pero hay ejemplos de aquellos que han amasado millones sin siquiera un diploma de bachiller.

El caso ejemplar puede ser el de Steve Jobs, el magnate de la tecnología y creador de los computadores Apple quien atendió un semestre de universidad y tomó un curso de caligrafía en Reed College antes de decidir retirarse y empezar a trabajar en Atari. Sin ninguna formación profesional y en una compañía que valoraba lo excéntrico, Jobs comenzó a dar sus primeros pasos en su carrera que culminó en la formación de Apple, una de las compañías más grandes del planeta. Actualmente, la empresa detrás de los iPhone tiene un valor del mercado de US$408.350 millones. El último dato del valor de la fortuna de Jobs alcanzó los US$10.200 millones.

En muchos casos las personalidades de estos magnates juegan en su contra y hacen que una educación tradicional sea casi imposible. En el caso de Richard Branson, dueño de Virigin Group (dueño de aerolíneas, bancos y disqueras), el empresario en papel dejaba mucho que desear. A los 16 años se retiró del colegio ya que su dislexia le hacía imposible las clases tradicionales y su personalidad ha sido documentada por negocios riesgosos y el amor por los deportes extremos.

Pero su salida del colegio fue tal vez una de sus mejores decisiones, ya que desde ahí empezó una revista estudiantil que le trajo un moderado éxito y empezó a entrar a la industria de la música donde le ofreció oportunidades a las bandas que ninguna otra disquera se atrevía a asociar.

“Estos millonarios lo que hicieron fue explotar una idea en un sector innovador. Ellos pudieron aprovechar el momento y también pudieron construir una organización que sostuvo esa idea a lo largo del tiempo”, explicó Stalin Rojas, profesor de administración de empresas de la Universidad Nacional.

Eso fue exactamente lo que hizo Mark Zuckerberg, el joven millonario detrás de Facebook, quien se retiró de la Universidad de Harvard tras encontrar éxito con su idea de armar una red social y financiarla por medio de publicidad.

¿Pero qué hace que estos emprendedores estén preparados para crear empresas de magnitudes multimillonarias?
Oscar Eduardo Medina, director de la maestría en administración en Eafit, asegura que es una combinación de persistencia y una visión clara de lo que es su producto. “Un buen emprendedor es un buen líder, y si bien no tiene una formación y una organización claramente académica, si debe ser organizado con su propuesta de producto”.

Cualquier empresa desearía poder invertir en el próximo Bill Gates quien actualmente esta evaluado en US$68.000 millones con su empresa Microsoft. Sin embargo bajo reglas de contratación tradicionales no muchos lo harían ya que Gates también se retiró de Harvard antes de recibir su título para dedicar tiempo completo en su nueva compañía.

“El título se ha devuelto en un elemento commodity. Si nos devolvemos 50 años, una persona con un pregrado se destacaba de los demás; 20 años atrás una especialización hacía que ese candidato resaltara, pero hoy vemos personas con 25 años que tienen dos o tres títulos pero ninguna experiencia”, explicó Medina.

Por esta razón, las compañías de hoy deben mirar más allá de los diplomas universitarios de los candidatos y buscar personas que tengan un espíritu innovador y emprendedor.

“Dependiendo del tipo de empresas, hay organizaciones que valoran la experiencia más que los títulos académicos. Es el conocimiento el que realmente se valora, cuando uno tiene un título ahí va el conocimiento pero la experiencia solo se obtiene por otros medios y también crea conocimiento”, aseguró Rojas.

El título universitario a veces no puede reemplazar que un candidato sea experto en un tema o que sea un emprendedor que pueda generar ideas y gestiones adentro de la empresa. Así lo comprobó Yahoo al comprar por US$30 millones la aplicación de Nick D’Aloisio, un joven de 17 años que se unirá a la empresa.

“Uno habla del emprendimiento cuando crea su empresa pero también está la idea del inter-emprendimiento para que se generen ideas y gestiones adentro de la empresa”, explicó Medina. Para lograr ese objetivo debe haber programas para que todos los empleados, sin importar que tan calificados sean, puedan participar y que sus ideas se puedan convertir en proyectos.

Medina aseguró que el mejor emprendedor es recursivo pero igual necesita ayuda de la entidades privadas.

El joven millonario de Yahoo!
El nuevo millonario es poco convencional ya que tiene tan solo 17 años de edad. Yahoo!, la compañía de tecnología que actualmente se encuentra en un programa de renovación, pagó US$30 millones a Nick D’Aloisio por su aplicación de iPhone Summly.

El joven británico creó la aplicación que agrega noticias para la pantalla pequeña en 2011 cuando tenía tan solo 15 años. D’Aloisio se enseñó a sí mismo a escribir código de programación cuando tenía 12 años y desde entonces su aplicación había sido descargada un millón de veces del App Store de Apple y tenía contratos con compañías como News Corp. y 10 empleados en su oficina de Londres, todo esto antes de graduarse del colegio.

Como parte del acuerdo, D’Alosio se va a unir a Yahoo! mientras continua sus estudios en la noche y vive en casa con sus padres. La aplicación es una de las promesas que revolucionará la experiencia móvil.

Las opiniones

Stalin Rojas
Profesor de Administración en la U. Nacional
“No hay una fórmula para ser millonario. Algunas condiciones como ser profesional ayudan, y a veces rodearse de gente profesional también contribuye al éxito”.

Oscar Eduardo Medina
Dir. de la maestría en administración en EAFIT
“Un emprendedor debe tener un buen conocimiento de lo que quiere vender. Puede que no tenga una formación pero sí puede encontrar entidades que le ayuden a vender”.

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