Colombia es líder en ‘pornofraude’

Andrea García y Cristian Cipriani, productores y directores de cine para adultos en Colombia.


Aunque la industria del cine porno pareciera ser un negocio rentable, los productores de este tipo de cintas en el país se han visto en aprietos porque los colombianos son los que más roban y menos consumen.
Andrea García y Cristian Cipriani, son productores y directores pioneros del cine para adultos en Colombia. Actualmente, crean contenidos, no solo en el país, sino en Latinoamérica, España, Rusia, Rumania, Alemania, Austria, Escandinavia, Finlandia y Estados Unidos.

Ella comenzó hace doce años en el negocio, cuando era presentadora del primer canal de componente sexual en Colombia: ‘Kamasutra’. Cristian era también presentador de un programa sobre crónicas sexuales y ambos tuvieron la visión de asociarse y convertirse en los primeros empresarios de la industria.

“Estaban buscando contenidos nuevos y yo propuse un programa de sexo, ahí arrancó ‘Sex Magazine’, que trataba temas eróticos, acompañado de médicos y sexólogos”, dice García. 

Sin embargo, tenían miedo de la reacción del público y de las personas a las que se les proponía actuar en sus películas. “En Colombia no existía esa cultura de pagar por un contenido adulto. Mucho menos participar en él. Las personas no tomaban la profesión en serio, todo tenía que ser a las escondidas”, cuenta Cipriani.

En el 2006, el canal cerró debido a la entrada de Telmex al país, siendo desplazados por canales como Venus y Playboy, lo que significó el fin de una etapa y la fundación de ‘17/26 producciones’.

La empresa se estableció durante dos años en Medellín y para el 2009 se trasladaron a la capital, logrando un registro único empresarial de la Cámara de Comercio de Bogotá como productora de fotografía y video, siendo renovada el 25 de junio de 2010.

“Nosotros empezamos a hacer nuestras propias páginas de Internet con escenas gratis. No teníamos la visión del negocio en esos años y teníamos el producto, pero no sabíamos cómo sacarle provecho. Ahora tenemos 50 páginas propias”, afirma Andrea.

En Colombia, el canal de distribución de la industria es 99% de Internet. Los dueños de los sitios toman el contenido promocional y lo distribuyen para generar ingresos y ventas directas. 

Los productores generan contenidos en sus propias páginas. Hay un sistema de cancelación, de tal manera que quien quiera ver las escenas se suscriba con un usuario y una clave, y pague a través de tarjetas de crédito. 

“Para hacer una empresa en la industria del cine porno, no hay escuela. Hay que capacitarse, contactar muchas personas y descubrir otras compañías en el exterior. Hemos sido de los pocos empresarios que se han arriesgado a fomentar empleo por medio del porno.”, dice Cipriani. 

Esta pareja de productores está generando un aproximado de 800 escenas anuales y 25 semanales. Cada una puede costar entre US$100 y US$10.000, lo que mínimo significarían US$4 millones para producirlas. 

Para filmar 100 escenas, necesitan 600 horas de rodaje en pre y post producción, más de 90 personas entre actrices, actores, camarógrafos, maquilladores y fotógrafos. Han llegado a pagar $2’800.000 por locaciones en fincas a las afueras de Bogotá y cada escena tiene entre 25 y 35 minutos de duración. 

Un actor profesional, en su mayoría estadounidenses, cobra entre US$500 y US$1.000 por escena. Un colombiano puede recibir entre $100.000 y $500.000 y las actrices cobran entre $500.000 y $5’000.000.

Sin embargo, pese al auge que poco a poco ha tenido el negocio, las dificultades que enfrentan los directores y dueños de la empresa han sido notorias. 

“En Davivienda no nos permiten hacer giros internacionales, aun mostrándole un contrato con ‘Penthouse’ y una carta directa de ellos al banco. Es plata lícita y no me dejan retirarla. Fuimos al Banco de la República a quejarnos de la situación y allá nos dijeron que no había ningún problema. Pero todos nos cierran las puertas.No nos permiten hacer transferencias internacionales por nuestra actividad económica”, concluye Cipriani. 

El 80% del público es latino y un 5% colombiano. La industria ha reportado un alto nivel de fraude con tarjetas de crédito. Al revisar el número de visitas en estas páginas, los empresarios se encuentran con que los españoles y los estadounidenses son los que más rápido y mejor pagan. 

“Observamos que los gringos entran mucho y pagan muy bien. Pero cuando vemos la lista de los dominios que entran a nuestras páginas aparece la palabra fraude y me doy cuenta que al frente dice: ‘Colombia’. Es el país que más nos roba y menos consume”, dijo García. 

Actualmente 17/26 producciones es la única empresa que está registrada legalmente en el país, pues "la mayoría de productores provienen del extranjero, contratan a una mujer, realizan sus grabaciones y se van", afirman los directores.


Por otro lado, estos directores aseguran que han tenido serios problemas con el talento humano. "Muy pocos camarógrafos son capaces de enfrentarse a este mundo, la mayoría desisten”, asegura Andrea, quien también dice que los días de grabación son arduos porque trabajan casi siempre desde las 6 a.m hasta la 1 a.m del siguiente día, de lunes a viernes.

“Conseguir locaciones económicas en Bogotá ha sido complicado para los productores. Me vuelvo loco en esta ciudad para encontrar locaciones. Busco apartamentos, fincas, bodegas, tiendas y cualquier tipo de lugar que se ajuste para el rodaje de las escenas, y me cobran el triple, solo por ser productor porno”, cuenta Cipriani. 

Por otro lado, la asociación estadounidense de productores de películas pornográficas anunció hace poco, un aplazamiento temporal de los rodajes tras el descubrimiento de un caso de sífilis en los Ángeles. Para el caso de Colombia, los empresarios prefieren evitar estos problemas invirtiendo en exámenes médicos para los actores que graban escenas sin condón.

“Nosotros somos muy cuidadosos en esos casos. Hacemos que se sometan a los diferentes exámenes, de tal manera que evitemos casos de VIH o de enfermedades de transmisión sexual. Hay una enfermera en nuestros rodajes encargada de la salud de nuestros actores”, dice el director.

Para contrarrestar la piratería y los videos caseros, esta productora se ha codeado con los grandes del negocio, como es el caso de Penthouse, a quien le distribuyen contenidos hechos aquí en Colombia. A pesar de seguir siendo un tema tabú, la industria del cine porno va cobrando más fuerza en los mercados internacionales.

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