¿Mentir en la hoja de vida?
Recientemente el nombre de una ilustradora ha estado regado por las redes, los periódicos y hasta los noticieros del país por un par de semanas. Es una colombiana que afirmó haber trabajado en la última película (Ganadora de un Globo de Oro) del Estudio Ghibli, un muy reconocido estudio de animación japonés. Dio charlas en universidades y entrevistas para la televisión en las que hablaba de cómo ayudó a dibujar alrededor de 20.000 cuadros de animación de la película, todos a mano, algo que equivaldría a un total de más de 15 minutos de la película: una contribución monumental.
Lo que no se esperaba, era que los usuarios de redes sociales decidieran hacer su propia investigación. El nombre de la ilustradora no aparecía en los créditos de la película, y no había ningún tipo de prueba sobre su participación.
En los últimos días, la ilustradora colombiana se retractó, diciendo que exageró su historia, que solo dibujó unos 200 cuadros en total, y que fue su amiga la que contó la historia a algunos periodistas que luego vinieron a entrevistarla. Y aunque dice haber conseguido un certificado comprobando esta participación del estudio, ha decidido no compartirlo de momento.
Sin embargo, esta historia tiene una lección muy interesante para los empresarios y los ejecutivos…
La gente miente
Evidentemente, no toda la gente miente. Y no toda la gente que miente lo hace con la misma magnitud. Pero el hecho, es que, si hay gente capaz de mentirle al periódico y exagerar o inventar logros para obtener algo de atención mediática, más te vale creer que la gente es capaz de mentir para conseguir un trabajo, sobre todo si es un buen trabajo.
“Llevo años hablando sobre cuánta atención se le da a la entrevista y a la hoja de vida en la contratación, cuando en realidad nada te garantiza que lo que una persona diga o escriba sea verdad en absoluto. Los datos de la hoja de vida y los logros de los que un candidato presume en una entrevista son cosas muy importantes para poder tomar una decisión, por supuesto… Pero solo si vienen acompañados de una verificación de su veracidad.” comentó Jairo Pinilla, director ejecutivo de Performia Colombia, una empresa internacional de selección y consultoría.
El problema es de la gente honesta
La mayoría de las personas tiene buenas intenciones. La mayoría de las personas es honesta, y recta. Pero el problema con la gente honesta, es que deja de presupuestar la posibilidad siquiera de que alguien le diga una mentira, o busque hacerle daño.
“Hay un porcentaje, por bajo que sea, de personas que quieren hacerle daño a tu empresa. Hay un porcentaje algo mayor de personas que están dispuestas a mentir para conseguir un trabajo. Y como ejecutivo o como empresario, cuando contratas, es tu responsabilidad asegurarte de verificar correctamente la información que un candidato te dice. Porque si son mentiras, los que saldrán perjudicados serán tú, tu empresa, y el resto de miembros de tu equipo.” agregó Pinilla.
La solución es muy sencilla: Verifica la información. De hecho, verifica incluso los conocimientos y habilidades de la persona. No confíes ciegamente en la hoja de vida, en los títulos y en las palabras. Llama a los jefes de la persona y pregúntales si realmente le fue tan bien como ella dice. Hazle pruebas de conocimiento a la persona. Contrátalo por un periodo de prueba, y asegúrate de que sea capaz de producir lo que quieres y necesitas que produzca.
Porque como dice el dicho, el papel lo aguanta todo…
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