Cáncer detectado a tiempo permite contar el cuento: LCCC
Esta patología tiene cura y muchos han logrado con disciplina superarla, sin embargo, hace falta consciencia en la población para bajar los indicadores de muerte y costo hospitalario.
Quizás la palabra que más asusta se llama cáncer, posiblemente es la peor notificación, nadie duda que cambie vidas y deprima seres humanos, las enfermedades clasificadas como carcinogénicas están fuertemente relacionadas con la muerte, pero lo cierto es que un cáncer detectado a tiempo hace la diferencia entre vivir o al camposanto partir. El tema es de pura y física responsabilidad, hombres y mujeres están en la obligación de acudir periódicamente al médico, de comunicar la mínima señal o síntoma que pueda relacionarse con la enfermedad pues solo de esa manera habrá gente con vida multiplicando el afortunado mensaje, prevención es curación, una palabra elemental y sencilla que aparte de dar licencia para seguir en el mundo de los vivos, subsana los tremendos gastos del sistema de salud en la atención de enfermedades catastróficas o de alto costo, con tan solo abrir la boca a tiempo, muchas aristas entran a jugar, todo en beneficio de una mejor sociedad y de un Estado viable.
En este trabajo nos pudimos dar cuenta, gracias a charlas y testimonios, que con cáncer se vive cuando hay alertas tempranas y que esta enfermedad que ha costado millones de vidas en el mundo permite seguir respirando cuando hay fe, trabajo y el cumplimiento de un tratamiento por lo general austero y demandante de esfuerzo y paciencia. Estos menesteres no solamente están ligados a los pacientes, también a los médicos y profesionales de la salud que deben priorizar el procedimiento de cura con celeridad, sin aplazamientos y sin citas o controles a seis meses o un año. Aquí también juegan un rol importante el Estado y la buena administración de salud pública.
Según la Organización Panamericana de la salud, OPS, en 202O hubo aproximadamente 20 millones de nuevos casos de cáncer en el mundo y 10 millones de muertes ligadas a la enfermedad. El organismo dice que la carga de cáncer aumentará durante las próximas dos décadas en cerca de 60 por ciento, un factor complejo porque impactará con mayor rigor los sistemas de salud, pero igual a personas y comunidades. Los estudios hacen prever que en ese orden de ideas la enfermedad cancerígena aumentará a razón de 30 millones de nuevos casos a 2040 con mayor incidencia en los países con ingresos bajos y medianos.
A criterio de la OPS, si no se toman medidas de prevención y control del cáncer, se calcula que el número de personas diagnosticadas con la enfermedad aumentará en 57 por ciento, es decir, 6.2 millones de seres humanos en promedio para 2040 en la región de las américas, una alerta encendida que conlleva a trabajar en prevención y detección temprana para derrotar las infaustas estadísticas.
Los motivos para enfrentar la terrible patología no son pocos, en el país son diagnosticados con cáncer cerca de 113.331 colombianos anualmente y por diversos tipos de la enfermedad fallecen aproximadamente 54.987 nacionales al año. La prevalencia es de 293.524 personas afectadas en una población que suma en promedio 50’882.884 habitantes, de todas maneras, veremos cifras actualizadas en este reportaje.
El tema es difícil de abordar, durante siglos este mal relacionado según la Universidad Nacional Autónoma de México, UNAM, con el crecimiento anormal en algún tejido del organismo ha afectado a seres humanos y a los mismos animales. Basta con decir que en el año 3.000 antes de Cristo los médicos del antiguo Egipto evidenciaron el primer caso de cáncer, de todas formas, el carcinoma en sus distintas manifestaciones impactó a los humanos desde la prehistoria, solo que su prevalencia ha repuntado en las últimas décadas a causa del aumento en la esperanza de vida y claro está, a la presencia de factores carcinogénicos.
Esta enfermedad, aseguran los antropólogos, es tan vetusta que inclusive fueron encontrados restos de dinosaurios afectados con la enfermedad. De otro lado, la evolución sugiere mayor daño porque con la revolución industrial, las grandes metrópolis, los autos, la contaminación y los tóxicos o desechos, hicieron que el hombre fuera más proclive al terrorífico cáncer.
Muchos personajes de la historia trabajaron en el tema, pero fue Hipócrates, el famoso médico griego, quien pronunció la palabra cáncer, este término, afirman los investigadores, surge en el año 400 antes de Cristo y brotó de los labios del reconocido Hipócrates, el padre de la medicina, cuando bautizó como carcinos a esos tumores o protuberancias, generalmente malignas.
El cáncer, al parecer una palabra sacada de ultratumba, el término lóbrego por excelencia, muy atado a Caronte, el barquero que transportaba las almas de los muertos al oscuro mundo de Hades para su juicio, terminó siendo una expresión amable que después de tratamiento y detección temprana permite vivir grandes momentos a través de los años, matizados por colores, como una pintura bella en honor a la incuestionablemente marcescible vida.
Bien es sabido que el cáncer no solo implica malestar físico o biológico, no, este mal golpea fuertemente aspectos psicológicos y morales sin pasar por alto lo económico porque tratarlo representa un elevado costo que puede paliarse gracias a los distintos accesos y sistemas de salud, todo un recorrido por la ciencia, la medicina, tecnología y conocimiento, una mixtura que a tiempo salva muchísimas vidas.
Antes de entrar en materia es oportuno decir que la Liga Colombina contra el Cáncer, LCCC, nació el 23 de octubre de 1960 al interior del Instituto Nacional de Cancerología en una pequeña oficina, pero totalmente independiente y dentro del sector privado. Con la participación del voluntariado trazó como propósito adelantar acciones de educación, prevención y diagnóstico temprano del cáncer. A lo largo de 63 años la asociación de derecho privado y sin ánimo de lucro de alcance nacional creó 32 Ligas seccionales y capítulos en distintas ciudades y municipios con el fin de acercarse cada vez más a la comunidad, todo un compendio de responsabilidad y tejido social.
En diálogo con Diariolaeconomia.com, el Director Ejecutivo de la Liga Colombiana Contra el Cáncer, Wilson Cubides Martínez recalcó que esta enfermedad no es mortal si se detecta de manera temprana, amén que cuando uno escucha el término lo primero que llega a la mente es su relación directa con la muerte. Expuso que frente al cáncer se han tejido por años y décadas una serie de mitos que inclusive la gente no tiene completamente claros.
El próximo cuatro de febrero la LCCC conmemorará el día mundial contra el cáncer y uno de los principales mitos es precisamente si esta enfermedad mata y la respuesta inmediata del galeno fue no en un 100 por ciento porque si el cáncer cualquiera que sea de la amplia gama se descubre y se trata a tiempo tiene tasas de curación muy altas, entonces entre más rápido se detecte y se empiece a tratar el problema, mayor posibilidad de mejoría existe.
Ante esto el profesional dijo que es perentorio hacer un llamado a la comunidad y a las instituciones para prevenir dentro de las condiciones por citar y hacer todo lo necesario para detectar cualquier tipo de cáncer para tratarlo a tiempo.
Hay formas de prevenir el cáncer y para el Director Ejecutivo de la LCCC hay que partir de los hábitos de vida lo que aplica no solo para departamentos, ciudades o municipios de las cordilleras, lo que incluye santanderes, altiplano cundiboyacense, Nariño y otras, sino en general para todas las personas de los diferentes estratos y de todas las comunidades y regiones de Colombia. Cubides expuso que el cáncer per se, no es una enfermedad sino muchas enfermedades que se llaman cáncer porque lo hay de piel, próstata, gástrico, Colon y muchas más son diferentes quebrantos de salud, jamás la misma patología, por lo tanto, indicó, se tratan de manera distinta porque son muchos cánceres que exigen múltiples procedimientos y manejos desiguales.
Otro mito que debe romperse es que si uno toma un medicamento por fuera de las fórmulas profesionales o del vademécum oncológico, que si toma remedios populares entonces no se desarrollará el cáncer, eso, enfatizó Wilson Cubides, no es cierto.
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