Ingrid Betancourt afirmó hoy que tiene "el corazón partido con Colombia"


La ex candidata presidencial colombiana Ingrid Betancourt afirmó hoy que tiene "el corazón partido con Colombia" por el trato recibido tras solicitar una indemnización como víctima del terrorismo. Antes de firmar ejemplares de la edición francesa de su libro "No hay silencio que no termine" en la librería de Estrasburgo donde más libros suyos se han vendido en toda Francia, Betancourt dijo en una entrevista con Efe que en Colombia "ha habido mala fe" con ella. "Me siento traumatizada y decepcionada por la situación creada. Otros secuestrados por las FARC pidieron su indemnización y no pasó nada, pero de mí dicen que quiero sacar la plata al Estado que me liberó".

En Colombia, añadió, "siguen diciendo que me hice secuestrar para subir en las encuestas", lamentó.

Aseguró que las autoridades "han distorsionado los hechos y han olvidado que las víctimas son víctimas y los verdugos, verdugos".

La ex senadora colombiana comparó esta situación con la generada en Francia, donde "se hacen preguntas", pero "sin odio" ni "intereses políticos primarios".

Durante la entrevista, Betancourt recibió la noticia de que la revista "Le Point" había elegido "Même le silence a une fin" como el mejor libro de 2010. Quiso celebrarlo y brindó con una copa de vino blanco alsaciano.

Entre la "triste Navidad" de 2002, narrada en su libro, y la de 2010, Betancourt aseguró que aquélla, en la que estaba secuestrada, fue la de "la frustración, el dolor y la melancolía", frente a la actual, de la "plenitud" y de "pensar en el futuro".

En cuanto a su ex marido, Juan Carlos Lecompte, que ha publicado este año un libro muy crítico con ella, Betancourt aseguró que su reacción ha sido "muy machista", porque "es la de un hombre que se siente ridiculizado".

"Es como un Don Quijote que no sabe qué hacer con su Dulcinea", dijo en referencia al "cambio de esquema" que sufrió Lecompte al finalizar los seis años de cautiverio de Betancourt.

Ante la críticas por no haberlo abrazado cuando bajó del avión después de la liberación, Betancourt recordó las primeras palabras que le dijo su entonces marido: "¿Puedo seguir viviendo en tu apartamento?".

Cuando se le preguntó por reacciones como la de su ex compañera de cautiverio Clara Rojas, también autora de un libro sobre el asunto, Betancourt contestó sin alterarse: "Ellos sintieron que era injusto no ser objeto de reconocimiento como me pasó a mí".

Y añadió que "había gente que quería hacer negocio con nuestra historia". A pesar de ello, aseguró que les quiere y que entre ellos no hay necesidad de darse explicaciones.

Además de continuar con la promoción de su libro, Betancourt reveló la posibilidad de futuros proyectos: "Me encantaría escribir ficción", aunque reconoció que no sabe si está preparada para ello.

Ideas no le faltan y recibe sugerencias para novelar la historia que no pudo vivir con Pablo Neruda. "Lo conocí con 7 años en París cuando él era embajador de Chile, pero me hubiera encantado conocerlo después. Para mí era tío Pablo Neruda".

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