Apoteósico triunfo vinotinto
Venezuela vivió un partido de novela ante Chile y pasa a semifinales
San Juan.- Se vale llorar, se vale reír, es momento de ser feliz. Por los vivos y por los muertos, por los amigos y por los enemigos. Por todos los que siempre desearon ver a la vinotinto grande. Hoy es una realidad que se toca, se respira y se siente en lo más hondo del alma.
Venezuela está en las semifinales de la Copa América Argentina 2011, donde nunca antes había estado. Le ganó a Chile 2-1 con todo el aliento posible, porque la selección nacional lo tuvo todo. Jugó bien, se equivocó, corrigió y tuvo suerte, esa que acompaña a los ganadores y a los que trabajan.
La vinotinto rompió con todo. Se metió de narices en la historia y se sacó el último lastre de la vieja etiqueta de 'Cenicienta' para ser protagonista.
Porque no llegó como protagonista y fue subestimada. Sí. Porque antes del partido un comercial chileno decía: "ellos nos enseñan novelas, nosotros les enseñamos el fútbol".
Y es verdad, Chile puso todo el buen fútbol que tiene y a todos los estupendos jugadores con los que cuenta. Y deleitó con el toque de balón que sabe hacer. Por eso el triunfo es doble. Porque la selección nacional le ganó a lo mejor de la roja y por eso es más grandiosa.
Venezuela tomó el partido desde la humildad, pero también desde el conocimiento del que sabe que se ha preparado. De la confianza de que tenían con qué y lo demostraron al irse adelante en el primer tiempo con un gol de cabeza de Oswaldo Vizcarrondo.
La segunda mitad fue una batalla campal en la que el rival mostró todos sus dientes y mordió duro con el gol de Humberto Suazo, el 1-1 en la pizarra. Chile sacó la casta del Mundial, pero los palos también juegan y apareció la suerte que necesitaba la vinotinto. Suazo, Valdivia y Sánchez estrellaron la pelota en los postes del arco defendido por Renny Vega, quien la noche anterior había estado con fiebre en la cama.
Herida, aunque palpitando, la selección se recompuso, buscó la portería de Claudio Bravo y la encontró en los pies del capitán Juan Arango. Es un maestro cobrando las faltas y su tiro libre terminó en un rebote que quedó a merced de un compañero. Gabriel Cichero que supo rematar y poner el triunfo venezolano.
Venezuela dio una muestra más de lo que ha sido: solidaria, comprometida y unida.
Pero el triunfo tenía que ser sufrido y un apagón de luz de dos minutos hizo el descuento más largo. Los cuatro minutos más lentos de la historia del fútbol venezolano pasaron en el estadio Bicentenario de San Juan. Venezuela tenía que sangrar para ganar, y el árbitro ecuatoriano Carlos Vera expulsó a Tomás Rincón dos minutos antes de terminar el partido por una falta menor.
Algunos extraños todavía se resisten a ver a Venezuela ganar. Pero esta Cenicienta calzó su zapatilla hace rato.
Este fue el único partido de los cuartos de final que no se definió en tiempo extra o penales. Cayeron Argentina, Brasil y Colombia mientras que Venezuela... ¡Ahora es cuando!
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