¿Y si le pagamos a Facebook para que no nos espíe?

Una alternativa para ejercer presión a la red social para que resguarde nuestros datos es el cobro del servicio.

Juguemos a The Price is Right. ¿Cuánto costaría una membresía en Facebook? ¿US$7 dólares? ¿US$5 ? ¿US$1 ?

Es una pregunta capciosa porque Facebook siempre ha sido gratis. Pero ¿qué pasaría si hubiera una forma de pago con la que podríamos eliminar los anuncios espeluznantes y, al mismo tiempo, hacer que nuestros datos sean seguros? Llamémosle Facebook Plus.

Cualquiera de los usuarios que se encuentre molesto por las recientes fallas de privacidad de la red social podría burlarse de la idea de pagarle a Facebook por sus servicios.

No hay indicios de que Facebook vaya a cobrar y el CEO Mark Zuckerberg recordó esta semana que su idea al crear la red social fue la de ofrecer “un servicio gratuito que todos puedan usar”.

Las revelaciones sobre Cambridge Analytica sobre el uso indebido de nuestros datos se convierten en una especie de alarma aterradora que nos advierte de un pacto con el diablo en el corazón de Facebook que consiste en no pagar por el producto porque nosotros somos el producto.

Pensemos un poco. Mientras Zuckerberg compareció esta semana en comisiones del Senado y de la Cámara de Representantes, revisé una propuesta compartida por expertos durante años sobre la posibilidad de que paguemos por los servicios de Facebook en lugar de que nosotros paguemos con nuestros datos personales. Seamos honestos, Facebook parece gratis, pero no lo es.

Si así ocurriera, ¿nuestra confianza en Facebook podría restaurarse?

En realidad, usted puede poner una cifra en dólares sobre lo que valemos para la red social. El año pasado, Facebook recaudó por publicidad 82 dólares por cada miembro de la red social en América del Norte.

En el resto del mundo, US$20 por cada usuario de Facebook.

El valor de Facebook se estima en US$450,000 millones, ya que los inversionistas creen que la empresa encontrará aún más formas de ganar dinero recolectando los datos de sus 2,000 millones de miembros.

El dilema, cobrar o no cobrar

Hace algunas semanas hubo una controversia entre Mark Zuckerberg y Tim Cook, el CEO de Apple.

Hace dos semanas, cuando el canal MSNBC preguntó a Cook qué haría si estuviera en los zapatos de Zuckerberg, respondió: “No estaría en esta situación”. Los consumidores pueden pagar por la privacidad, comentó, y afirmó que Apple produce mejores productos porque los vende directamente a los consumidores en lugar de vender usuarios a los anunciantes.

Zuckerberg respondió a través del sitio web Vox que el argumento de Cook era “simplista”. Dijo: “Si quiere construir un servicio que ayude a conectar a todos en el mundo, entonces hay muchas personas que no podrían pagar por el servicio; por tanto, la publicidad es el único modelo racional que puede ayudar a llevar este servicio a todas las personas del mundo”.

¿Pero la publicidad es realmente la única forma de hacer que Facebook funcione?

Imaginar una versión de suscripción puede ayudarnos a comprender la indignación actual y sopesar el tipo de Facebook que realmente queremos.

Una suscripción a Facebook haría algo más que sólo eliminar anuncios. Liberaría a la red social de algunos incentivos financieros perversos.

Ethan Zuckerman ha llamado a la publicidad “el pecado original de Internet”. Facebook no vende nuestros datos, pero los usa para venderle a empresas acceso específico hacia nosotros. También crean un mundo en línea donde la vigilancia es la norma y nosotros no controlamos completamente los datos.

Y para competir, Facebook tiene que seguir recopilando datos como un hipopótamo hambriento.

Facebook comenzó por comercializar lo que publicamos y, posteriormente, nuestros rastros en la web. Ahora, permite a especialistas del marketing correlacionar sus propios datos con los de Facebook.

Lo barato sale caro.

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