¡Si se puede medir, se puede mejorar!

Independientemente de su tamaño, todas las organizaciones deben tener una estructura para poder realizar tanto las contrataciones, los ascensos y despidos. Cuando se carece de ello es un problema enorme para poder discriminar entre las personas que son realmente productivas de aquellas que no son. 

Ante este caos, es supremamente importante basar todas las decisiones en estadísticas. Si una persona es muy buena en su cargo y ha entregado excelentes resultados, es merecedora de un ascenso, un aumento o algún bono. Si por el contrario no lo es, es causa justa de amonestación, regaño o despido. ¿Pero dónde inicia todo esto?

¡Todo empieza desde la contratación!
A veces los dueños de empresas comenten el error de contratar amigos, familiares y referidos que no tienen la experiencia en el cargo a ocupar. Esto es un crimen a la productividad de la empresa, porque se deja de contratar personas que sean realmente productivas y que generen un producto final valioso para la organización.

El problema de contratar personas que no son aptas para un cargo, no es solamente el hecho de que no deberían estar ahí, sino que también afectan a las personas que están a su mando, quienes evidentemente al no tener una persona profesional que los lidere, se encuentran ante un panorama de desmotivación enorme. 

Esto afecta de dos maneras: el clima laboral y la productividad, por ende, la supervivencia de la empresa, el problema se hace más grave si la organización es pequeña.

¿Cómo mejorarlo?
Todo cargo tiene que tener resultados, cualquier labor genera un producto final valioso, de manera que si podemos medir estos productos o el proceso que conlleva a tenerlos, podemos establecer un indicador de gestión. ¿Pero de qué sirve eso?

Pues básicamente nada se puede mejorar si no se puede controlar, y nada se puede controlar si no se puede medir. Esta máxima ha funcionado en muchas empresas, desde el cargo más bajo hasta el más alto, y la información resultante es supremamente valiosa, porque con base en ella se puede generar una estrategia y potenciar los resultados de la persona, el área, la división y finalmente la empresa.

El pilar fundamental es el personal
“Todo inicia colocando la gente correcta dentro del bus, y desde ahí arrancar en la dirección que se desea. Si tienes un producto muy bueno pero tu personal no es lo suficientemente productivo gastarás más energía en enfocarlo que en promocionar tu producto. Si, por el contrario, tienes un equipo de “Supermanes” es pan comido, porque ellos están motivados por lo que pueden dar y enfocarán todos sus esfuerzos en que tu empresa florezca. Enfócate en mejorar la selección de tu personal”. Indicó el director de Performia Colombia, Jairo Pinilla.

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