La leyenda del Gerente "operativo"
Hay una leyenda en el mundo empresarial. Una leyenda acerca de un ser que no debería existir, pero que muchos han visto. Se dice que, si un gerente se descuida, se convertirá en este ser, y aunque pocos se podrán dar cuenta de ello, le hará mucho daño a su empresa, aún sin querer. Y puede que usted mismo ya se haya transformado. Este ser tiene un nombre que resuena por lo contradictorio que es. Se llama: El Gerente Operativo.
El gerente operativo es una persona que tiene la capacidad de ser ejecutiva, está en un puesto ejecutivo, se le paga un salario ejecutivo, pero se encuentra haciendo un trabajo operativo. A menudo el gerente operativo pasa desapercibido entre la multitud, pero si usted realmente mira bien, podrá ver bajo él grupos de subordinados esperando en fila a que el gerente le conteste un correo, le apruebe un proyecto, o le resuelva un problema.
¿Qué es un ejecutivo?
Un ejecutivo es una persona que debe supervisar el trabajo de sus subordinados hasta que el mismo se haya terminado. Un ejecutivo debe garantizar que se entregue su producto final valioso, el resultado de su equipo. Pero en ninguna parte de esta definición dice que el ejecutivo deba hacer el trabajo de sus subordinados.
En algunos casos los ejecutivos, cuando se enfrentan con algún grado de incompetencia por parte de sus subordinados, prefieren inmiscuirse en los procesos operativos y hacer las cosas ellos mismos. Sin embargo, esto es un arma de doble filo. Cuando hay un problema grave que necesita ser resuelto en el momento, es la responsabilidad del jefe arreglarlo con sus manos. Pero una vez el problema esté resuelto, el ejecutivo debe asegurarse de que el problema no se presente a través de políticas y supervisión, no seguir haciendo el trabajo en vez de sus subordinados.
“Un ejecutivo es una persona que debe saber no sólo supervisar el trabajo sino exigir resultados de su equipo. Una persona que no sepa hacer ambas esta sentenciado a fracasar como ejecutivo. Una empresa al darse cuenta que está pagando a una persona que no entrega resultados no tardará en dejarlo ir. Un ejecutivo debe estar capacitado para afrontar un cargo de mando. Y prohibir la delegación hacia arriba es esencial para ello.” Indicó Jairo Pinilla, director de Performia Colombia.
Consecuencias de un Gerente “operativo”
La productividad y moral del subordinado reemplazado es la primera en recibir un golpe. Este, al ver al ejecutivo desempeñando labores que no son de su competencia, afloja en sus responsabilidades alegando cosas como “a él le pagan más” “es su trabajo” “yo hago lo que puedo”. Poco a poco, el subordinado tendrá la tendencia de delegar más y más trabajo a su jefe, y si esto se repite con todas las personas que el ejecutivo tiene a cargo, y él acepta el trabajo que se le vuelca encima, se sobrecarga, no dará abasto, y actuará como un cuello de botella crítico en su área.
Además, cuando un ejecutivo empieza a hacer labores operativas, está usando su valioso tiempo para trabajo que debería hacer otra gente y descuida por lo que realmente se le paga, la supervisión y planificación de las labores de su equipo, área o división.
“A menudo esto sucede cuando un gerente no sabe cómo gerenciar. Tenga en cuenta que la experiencia no siempre es igual a conocimiento. Hay personas que llevan más de 20 años en una empresa gerenciando, y no tienen idea de qué están haciendo. El problema del gerente operativo sucede muy a menudo cuando la experiencia se valora por encima de la productividad y conocimiento que la persona adquirió a partir de esa experiencia. Aunque realmente, la solución es muy sencilla. Prohíba categóricamente la “delegación hacia arriba”. Un subordinado nunca debe delegar a un jefe un trabajo que es de él.” Concluyó Pinilla.
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